PASAMANOS: Fue luego de que la gobernadora de Campeche, ex priista y ahora morenista, Layda Sansores, boletinara a Alito sobre el pago de 5 millones de dólares a publicista español.
“Con razón Alito votó contra la reforma eléctrica de AMLO, el presidente. Quería su moche en Panamá” dijo Mario Delgado.
Es la historia de siempre. Más ahora cuando toda civilidad está rota. Más, porque la mitad de la población y la otra mitad esperaba grandes expectativas morales y éticas de los militantes del partido guinda y marrón.

CORREDORES: Antes, los Siervos de la Nación se declararon los más patriotas de la historia y tronaron contra los más de doscientas treinta diputados federales opositores por descarrilar la reforma eléctrica en el seno parlamentario.
Incluso, lanzaron una feroz campaña nacional para encuadrar en cartulinas y desplegados las fotos de todos y cada uno y exhibirlos en el palenque público como “traidores, traidores, traidores a la patria”.
Y ellos, claro, encarnando a la patria misma.
En contraparte, Alito se portó, digamos, decentito con Mario Delgado, porque en ningún momento le zampó su tiempo como tesorero del sexenio de Marcelo Ebrard Casaubon como jefe de Gobierno en la Ciudad de México cuando fue construida la Línea Doce del Metro, aquella que descarrilara y dejara doscientos sesenta y muertos.

BALCONES: La discordia es la práctica dominante en el ritual partidista. “Tirios y troyanos” acusándose de pillos y corruptos.
La última declaratoria de profundidad y con alteza y grandeza moral fue pronunciada por el góber jarocho de la 4T, cuando dijo que “hasta chorrillo” dio a la oposición conservadora por el triunfo inobjetable de AMLO, el presidente, en su gira en América Latina.
El quehacer político con los peores epítetos y calificativos.
Y es que desde “La mañanera” todos los días se promueve la discordia en vez de llamar con hechos y resultados a la concordia para favorecer todos juntos una vida mejor para los seis de cada diez mexicanos en la miseria, la pobreza, los salarios de hambre, el desempleo, la violencia y la jodidez.

PASILLOS: Todavía más: el discurso del rencor y el odio y hasta la venganza de los políticos es reproducido en los medios.
Hay periódicos, por ejemplo, que los publican a ocho columnas en páginas interiores, y en un descuido, en portada.
Claro, de por medio existen jugosos convenios y si el que paga así lo desea y pide, ni hablar, “el que paga manda”.

VENTANAS: En todo caso, si Alejandro MORENA, el exgobernador y presidente del CEN del PRI y diputado federal, es “el dirigente más corrupto de la historia”, entonces, caray, simplemente, que Mario Delgado investido como líder nacional de MORENA interponga la denuncia penal en la Fiscalía General de la República.
Y se proceda.
Pero como de seguro ninguna prueba tiene y/o le falta integrar se reduce y achica al discurso injuriante.
Es la grandeza moral de los políticos dándose “golpes de pecho” como ángeles de la pureza y Siervos de la Nación.