El secretario de Salud del gobierno de Veracruz, doctor Roberto Ramos Alor, fue renunciado a su cargo.
Uno más en el sexenio.
El góber jarocho de la 4T lo llamó humanista... quien "incluso a costa de su salud atendió la vida de los demás".
En su lugar quedó el asesor de Cuitláhuac García en materia de salud, Gerardo Díaz Morales.
El maestro musical de los bongos.
El secretario de Salud que necesitaba de "las limpias" de los brujos de Catemaco.
El doctor dando un besito a un chico en una fotografía en las redes sociales y que sirviera para la defensa de Cuitláhuac asegurando que era fotomontaje.
El médico sobre quien recayeran las grandes protestas de los padres con hijos enfermos de cáncer.
El médico que comprara, dada la urgencia, medicinas fast track, sin licitación pública, al ex delegado federal del Bienestar Social en Jalisco, también renunciado.
El médico humanista que luego luego remodeló su oficina para estar a gusto con cargo al erario público.
El director del Hospital Civil de Coatzacoalcos en el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares y a quien sirvió, ajá, "con lealtad ciega".
El fan de la secretaría de Energía, la zacatecana Rocío Norma Nahle García.
En su Facebook, el góber dice que le aceptó su renuncia.
Pero de acuerdo con la cultura política, ningún político renuncia al cargo público.
Más cuando como en el caso eres el secretario, el jefe máximo.
Al contrario, lo renuncian.
Pero, cuestión de delicadezas.