llegaron a París en el primer tramo del siglo pasado… Y desde ahí se proyectaron… Incluso, hasta el músico-poeta, El flaco de oro, Agustín Lara, estuvo en París según cuentan en el libro “Frida Kahlo en Europa”…

ROMPEOLAS: De la llamada generación del “Boom literario”, el escritor argentino, Julio Cortázar, fue el primero en partir a París y allá quedó a vivir… Años después llegaría Gabriel García Márquez… Y cuando llegó le contaron del café donde todas las tardes llegaba Cortázar a escribir su narrativa, a mano, con lápiz, y sin levantar la vista y un café enfriándose… Entonces, el Gabito quedó hipnotizado con aquella primera imagen de Cortázar y nunca se le acercó para presentarse… Y dejó pasar unos días hasta juntar el valor y la entereza suficiente…

ARRECIFES: En París, las batallas entre Pablo Picasso y Modigliani, los más grandes pintores del siglo pasado… Picasso, triunfando, y Modigliani, sin poder vender un solo cuatro, y además, alcohólico y drogadicto… En una librería a la orilla del río Sena, en París, todas las tardes llegaba Ernest Hemingway y esperando la llegada de Ezra Pound se tomaba montón de cafés… Una tarde, el peruano Mario Vargas Llosa pasó de prisa y aprisa, paso veloz, con un libro en la mena, por los cafés en el bulevar del río Sena… Y un par de peruanos echaban la copa… Y uno lo vio y salió corriendo para invitarle una copita… “Disculpa, paisano, tengo prisa… Necesito escribir”… Y más, mucho más, apresuró el paso…

ESCOLLERAS: Hubo (todavía habría), montón de intelectuales y escritores viviendo en París en la peor desventura económica de sus vidas… Por ejemplo, el peruano César Vallejo, a quien, por cierto, el chileno Pablo Neruda odiaba y hasta lo perseguía con la policía… Cuenta la escritora Helena Garro en el libro “Memorias de España, 1937”: “César Vallejo estaba muy aislado… Vivía con Georgette, su mujer, en un hotelito muy pobre del barrio latino y formaban una muy hermosa pareja… Ella menuda, blanquísima, de ojos verdes de gato… Y él enjuto, alto, moreno, de rasgos indígenas muy severos…

PLAZOLETA: “Estaban muy pobres e iban vestidos con ropas raídas y ligeras para la cruza del invierno… Una noche fuimos a un mitin a un teatro, a mí me fascinaba el rostro grave de Vallejo, como si estuviera devorado por un sensible sufrimiento… Y no pude quitarle la vista de encima… El se dio cuenta de cómo lo miraba y me echó un brazo al cuello, sin dejar de escuchar a los oradores… A su contacto, me invadió una corriente de bondad que nunca más he vuelto a sentir… Poco tiempo después supe que César Vallejo había muerto de hambre en París… ¡De hambre!”…

PALMERAS: Emilio Zola escribió un libro sobre París y lo intituló “París”… Es un canto de amor a la ciudad… La ciudad, describe, hermosa, bella, hipnótica, fuera de serie, bonita, fantástica, y en donde, escribe, se dieron grandes luchas por la revolución francesa… Incluso, con toda y su locura, cuando Adolf Hitler entró a París una madrugada luego enseguida pidió lo llevaran a la Torre Eiffel, que tanto admiraba…