Ninguna duda de que el señor Cuitláhuac García Jiménez va por el Acuario.
Lo quiere todo.
Todito.
Con todos los ingresos.
Clausurado el Acuario, el centro turístico más importante del Estado de Veracruz, primero, que irregularidades.
Después, que malos manejos.
Luego, que una fiesta particular efectuada hace dos años.
Y de inmediato, que la muerte de un manatí.
Pero el Pípila de Cuitláhuac es el diputado local, Luis Arturo Santiago Martínez.
Lo dijo así:
Uno: Únicamente dos particulares manejan el control del ingreso en el Acuario (claro, "tiró la piedra y escondió la mano" porque omitió dar el nombre de los dos particulares).
Dos: Que como patronato nunca han informado de los ingresos.
Tres: Anunció ya, ya, ya, que la concesión del inmueble será revocada.
Cuatro: El pretexto de que el Acuario está muy deteriorado.
Cinco: El terrorismo político, social y mediático en contra del Acuario.
Sexto: Clausurado el Acuario luego de dos años de pandemia, los prestadores de servicios turísticos levantaron la voz porque en automático acabaron con la fuente turística.
Pero... a Cuitláhuac García le vale.
Ordenó que fuera clausurado, y aun cuando dice por ahí que pronto será reabierto, será, claro, cuando el gobierno del Estado tenga mano en todo y con todo.