Es un anti corrido, dice Vivir Quintana, originaria de Coahuila, contrapuesto a los corridos que en el norte de la república amorosa componen y cantan contando la historia de los capos de los carteles.
Y fue presentado en el Tribunal de los Pueblos sobre el Asesinato de los Periodistas, y en donde participó la ong Reporteros Sin Frontera, de Balbina Flores.

LUNES
“El peor rincón del mundo”

También está en un video filmado exprofeso y en donde Vivir Quintana, quien iniciara como cantante a las doce años de edad, canta la canción a Miguel Ángel López Velasco, subdirector del periódico Notiver.
En el video exhiben varias fotos de Milo Vela, siempre sonriendo como era sus días y noches.
Y lo acompañan con fotos de Rubén Espinoza, Anabel Flores, Moisés Sánchez y Regina Martínez, asesinados en el sexenio de Javier Duarte en la Ciudad de México, Tehuacán, Medellín y Xalapa.
Entonces, un total de diecinueve trabajadores de la información fueron ejecutados, más tres desaparecidos… hasta el día de hoy.
Fue el tiempo cuando desde el otro extremo del mundo, Veracruz fue declarado “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Por encima de Somalia y Afganistán… y que todavía hoy con los cinco reporteros asesinados en Ucrania.
Por lo pronto, del sexenio de Miguel Alemán Velasco a Cuitláhuac García un total de 36 (treinta y seis) reporteros ejecutados, incluidos los seis con el sexenio de la 4T.
La mayoría, en la total y absoluta impunidad… con todo y el incienso que la 4T se arroja a sí mismo alardeando la captura de presuntos homicidas físicos en unos casos, sin detener a un asesino intelectual.

MARTES
Javier Duarte, responsable

Con Duarte, 19 reporteros, fotógrafos y editores asesinados, más tres desaparecidos y que dado el número de años transcurrido de entonces a la fecha (doce años), quizá, quizá, quizá, también fueron ejecutados.
Es decir, 22 (veintidós) trabajadores de la información en el duartazgo.
Y aun cuando en ningún momento se asegura que Duarte ordenó sus ejecuciones, no es culpable, pero es responsable.
Era el gobernador del Estado, el jefe máximo de las corporaciones policiacas, el garante del Estado de Derecho y cuya esencia consiste en garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
Y aun cuando está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, nunca le han levantado un juicio, abierto una carpeta de investigación y/o un proceso penal por el crimen de tantos periodistas.
Ahora, hay una denuncia en su contra por la desaparición de personas arrojadas sin vida en la barranca “La aurora” del municipio de Emiliano Zapata, pero los abogados luchan porque la libre.
Y es que ante el tiradero de cadáveres y de fosas clandestinas en aquel sexenio, ningún político, ningún funcionario público y ningún jefe policiaco está detenido.

MIÉRCOLES
El crimen más espeluznante

De los 22 periodistas asesinados en el duartazgo, el más duro, rudo, canijo y despiadado fue el de Miguel Ángel López Velasco.
Uno, lo mataron en su casa y por la espalda. Y tiro de gracia.
Dos, asesinaron a su esposa, Agustina Solana.
Tres, asesinaron a uno de sus tres hijos, Misael López Solana.
Cuatro, los tres en su domicilio particular.
Cinco, fue en la madrugada, hacia las 3 de la mañana.
Y seis, cientos de tiros fueron disparados en una cacería sin precedente en la historia local, de hecho, una masacre.
En otros casos, también fue crueldad.
Por ejemplo, Yolanda Ordaz, decapitada. Regina Martínez, estrangulada. Anabel Flores, secuestrada en su casa en Ciudad Mendoza y asesinada y arrojado su cadáver en Tehuacán, Puebla.
Noel López Olguín y Gregorio Jiménez, obligados a cavar su propia fosa y luego el tiro de gracia.
Los fotógrafos Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, secuestrados y hechos cachitos, embolsados y arrojados a un canal de aguas negras.
Rubén Espinoza, perseguido y cazado en la Ciudad de México.
Pero la saña y la barbarie y la alevosía, ventaja y premeditación con Milo Vela.

JUEVES
El paraíso impune

Cinco gobernadores y 36 (treinta y seis) trabajadores de la información ejecutados.
Y lo peor, en medio de una estela de impunidad impresionante.
Ninguno de los cinco mandatarios ha tenido voluntad política, social, jurídica y humana por esclarecer todos y cada uno.
Incluso, de los cinco (de Miguel Alemán a la fecha), Javier Duarte tuvo la intrepidez de hablar de narco/reporteros.
Pero jamás aportó pruebas.
Ni menos interpuso una denuncia penal en su Fiscalía General.
Por el contrario, se pitorreaba de los reporteros y fotógrafos y camarógrafos asegurando (en son de burla y desdén) que en Veracruz existían ocho mil periodistas.
“Un delito de lesa humanidad” donde a cada gobernador le ha valido.
Y más porque el crimen de un reportero hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior.

VIERNES
Once años vendiendo esperanzas

Veracruz es el paraíso terrenal, la tierra prometida de la Impunidad.
Impune el tiradero de cadáveres. Y los feminicidios. Y los crímenes de niños, jóvenes y ancianos.
Impunes los crímenes de odio. Los homicidios de políticos, líderes partidistas, activistas sociales, exalcaldes y exediles y exdiputados.
Impunes los secuestros. Y los asaltos en carreteras. Y los atracos en caminos a los autobuses de pasajeros.
Impunes los robos en las ciudades y pueblos. Impunes los asaltos a las personas saliendo del banco con su dinero ahorrito.
Impunes tantas desapariciones de personas. Impunes los cadáveres colgando de puentes y árboles. Impunes los cadáveres flotando en los ríos y lagunas aguas abajo.
Impunes los crímenes de migrantes de América Central en su paso por el Estado de Veracruz.
Impunes los 36 (treinta y seis) crímenes de trabajadores de la información.
Nadie duda de aciertos en la Fiscalía General. Pero la impunidad es, parece ser, mucho mayor, y obnubila los resultados específicos como cuando festinan la sentencia de muchos años de cárcel a unos violadores, por ejemplo.
Contó Jazmín López Solana, la hija de Milo Vela, la madrugada del 20 de junio del año 2011 (AVC, Perla Sandoval):
“La puerta de la casa de mis padres fue golpeada con un mazo. Mi madre estaba boca abajo con el tiro de gracia.
Mi padre tenía el rostro completamente desfigurado. Mi hermano estaba boca abajo con la cabeza destrozada”.
Once años de impunidad…