Los cadáveres de los trescientos obreros, hombres y mujeres, fueron trepados en vagones del Ferrocarril Mexicano y trasladados al Castillo de Juan de Ulúa, donde otros soldados los esperaban, listos para subirlos a los barcos oficiales y arrojar los cadáveres al fondo del Golfo de México.
Veracruz, hoy, por ejemplo, digamos, luego de dos años de pandemia, con el peor desempleo de su historia. Doscientas mil fuentes de empleo fueron cerradas. Y Veracruz, dice el IMSS, entre los estados con bandera negra, incapaz de recuperar los empleos perdidos en la fatídica tragedia sanitaria.

LUNES
Estrujante realidad

Muchos sexenios después, la realidad económica y social de los obreros se calibra con el siguiente dato:
6 de cada diez habitantes de Veracruz, en la miseria, la pobreza, el desempleo y la jodidez, según el INEGI.
Medio millón de habitantes únicamente hacen dos comidas.
Uno de cada tres jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa con el ingresito obtenido en el changarro en la vía pública.
Un millón de paisanos como migrantes y sin papeles en Estados Unidos.
Veracruz, primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales al resto de la república según la investigadora Patricia Ponce.
Para el próximo ciclo escolar, la Universidad Veracruzana recibió 55 (cincuenta y cinco) mil solicitudes de ingreso, diez mil más de las contempladas, y lo que manifiesta el deterioro de la economía familiar.
Y de las 55 mil y cacho, solo admitirán a 17 (diecisiete) mil y cacho.
El desempleo creciente, imparable, inderrotable, en todos y cada uno de los 212 (doscientos) doce municipios de Veracruz.
Ninguna razón de peso y con peso para que las tribus políticas “se desgarren las vestiduras” conmemorando el llamado Día del Trabajo.

MARTES
Negocio de médicos oficiales

Hay Seguro Social e ISSSTE para los trabajadores.
¡Y bendito el Ser Superior!, pero, y con frecuencia, sin medicinas y que cada derechohabiente ha de comprar.
Con consultas programadas, pero hasta dentro de varios meses después.
Y por lo regular, tan mal andan que, por ejemplo, hasta cancelan el servicio del aire acondicionado con esta onda de calor tropical, “un infierno tan temido” para los obreros y sus familias necesitadas de una consulta y/o internadas para una operación.
La mitad de los trabajadores y la otra mitad doliéndose de consultas médicas fast track, rápido, aprisa y con prisa del doctor por el exceso de consultas y con los nervios erizados.
Caray, hasta doctores tendenciosos diciendo al derechohabiente que necesita operación, pero como en el Seguro Social y el ISSSTE y hospitales anexos y conexos están saturados, entonces, nada mejor como ser operados por el médico como consulta particular, pues están entre la vida y la muerte.

MIÉRCOLES
Obreros pobres, patrones ricos

El salario mínimo, insuficiente. Más, cuando en la familia hay varios hijos. Hijos en edad universitaria.
Y si los rechazan en la universidad oficial, entonces, ni modo, con tal de que el hijo estudie… a una universidad “patito”, con el riesgo aquel de si egresan de la UPAV, Universidad Popular Autónoma de Veracruz, les publiquen un anuncio en el periódico ofreciendo empleos, pero “menos a los egresados del UPAV”.
Obreros, entonces, con esposas vendiendo picadas y gordas entre semana y picadas y gordas y tortas los fines de semana, incluido
el domingo, día del santo reposo.
Y si en la quincena hubo gastos extras, inevitables, entonces, correr al Monte de Piedad para empeñar el único patrimonio disponible a la mano como es el anillo de matrimonio.
La paradoja es la siguiente:
Veracruz, una entidad pródiga en recursos naturales pero habitada por gente jodida.
Y en contraparte, doscientas familias son dueñas de más del 60 (sesenta) por ciento de la riqueza natural.
Obreros pobres y en la miseria. Patrones ricos.
Lo decía Carlos Marx, el padre espiritual de los trabajadores en el mundo:
“Mientras los obreros no sean dueños de los medios de producción estarán expuestos a ser explotados”.

JUEVES
Trabajadoras domésticas sin prestaciones

Hay albañiles, pintores de brocha gorda, carpinteros, fontaneros, taqueros, torteros, volovaneros, choferes del transporte urbano de pasajeros, lustradores de zapatos, jardineros, ayudantes de todo y de nada, etcétera, y todos pertenecen al llamado trabajo informal.
Todos, obreros de cuarta, quinta, sexta categoría.
El 99.9 por ciento, sin el Seguro Social. Ni Infonavit. Ni derecho de antigüedad. Ni jubilación y/o Afores.
Es el mismo caso, por ejemplo, y quizá más recrudecido, de las trabajadoras domésticas, por ser mujeres.
Por lo general, cada día de la semana laboran en una casa diferente. A veces, quedan cesantes. Si bien les va, trabajan unos cinco días a la semana.
Pero ninguna de ellas, con las prestaciones establecidas en la Ley Federal del Trabajo.
Y si la patroncita se enoja, con el riesgo del despido automático, y sin liquidación.
Según el Consejo Nacional de Población, CONAPO, el 12 por ciento de las trabajadoras del hogar tienen estudios de bachillerato y el 1.7 por ciento han cursado estudios superiores.
Pero como las puertas laborales están cerradas, entonces, ni modo, a trabajar de casa en casa.
Ningún político, funcionario público, pueden festinar el día del obrero con la anterior realidad económica y social avasallante.

VIERNES
Soñar con la felicidad

Una familia es feliz y lleva la vida en paz, sin sobresaltos, temores ni miedos, cuando el padre tiene un trabajo seguro y estable y pagado con justicia laboral.
Cuando los hijos estudian. Y tienen garantizado el servicio médico institucional.
Cuando, desde luego, pueden ahorrar unos centavitos cada mes para imprevistos y que nunca faltan.
Pero cuando uno de cada cinco trabajadores retiró dinero de la AFORE por el desempleo de acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, CONSAR, entonces, la calidad en la vida de la mayoría poblacional está en evidencia.
Y lo más canijo, exhibiendo la errática política económica.
En teoría, dice el filósofo del rancho, los seres humanos venimos al mundo para ser felices. Pero en el camino, hay excesivas, demasiadas, espinas y cardos, como si de hecho y derecho se caminara al Gólgota.
Bastaría referir que el momento más duro de la pandemia (aún vigente), dos millones de empleos formales fueron perdidos.
El día y la noche son más sombríos, oscuros y siniestros para los trabajadores y sus familias.