Experiencia política, en que se consideran cargos públicos: dos de promedio.
Experiencia partidista: dos de promedio.
Fogueo en el campo de batalla: dos de promedio.
La encuesta, aunque sea a mano alzada y/o fuego pirotécnico: dos de promedio.
Relaciones con el jefe máximo, el chamán, el tlatoani: dos de promedio.
En total, diez de calificación.

LUNES
Ricardo Ahued Bardahuil, 4 de promedio

Cargos públicos: 2 de calificación. (Alcalde, diputado local y federal, efímero senador y director de Aduanas, y otra vez presidente municipal).
Experiencia partidista: cero. (Nunca ha desempeñado un cargo político, ni en el PRI, su antiguo partido, ni tampoco en MORENA, porque apenitas tendrá unos 3, quizá 4 años, de antigüedad).
Fogueo en el campo de batalla: 2 de promedio. (Aun cuando su mayor fogueo ha sido como alcalde y lo que significa una experiencia provinciana que del corredor, como las macetas, no ha pasado y mil años luz de distancia de dirigir una entidad federativa).
La encuesta: cero. (Únicamente conocido en Xalapa, se ignora si como edil pudiera incidir de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, pues en los últimos cuatro meses ha estado reducido a la capital).
Relaciones con el presidente de la república: cero. (Más, luego de su paso efímero en el Senado, y más todavía, en la dirección general de Aduanas, y en donde salió bajo evidencia, sobre todo, con AMLO. Simplemente, habría decepcionado al jefe del Poder Ejecutivo Federal, un hombre terco y tozudo, que nunca olvida, con todo y que asegure que lo suyo no es la venganza).
Promedio general: cuatro.

MARTES
Éric Cisneros, dos de calificación

Cargos públicos: dos de calificación. Cargos menores en Baja California, su tierra adoptiva, secretario General de Gobierno. Brinco político fantasmagórico, sin tener experiencia ni fogueo en la administración pública. Entonces, todo lo que hace lo da como válido. “Mi palabra es la ley”, diría. Y brincar a la gubernatura sería manifestar el principio de Peter.
Experiencia partidista: cero. Ingeniero agrónomo creerá que todo lo puede, y si hace germinar la tierra, también manejando seres humanos. Pero en el hacer y quehacer saldría debiendo “veinte y las malas”. Y ni modo sea, digamos, un Carlos Alberto Madrazo, el tabasqueño llamado “Ciclón del sureste”.
Fogueo en el campo de batalla: cero. Y cero, porque de secretario de Gobierno él mismo se ha achicado a un porro político. Y para congraciarse con el góber jarocho de la 4T ha vivido trepado al ring en los últimos 3 años y 4 meses. En teoría, la policía es para sumar y conciliar y pactar. Cisneros la entiende como una oportunidad para conflictuarse.
La encuesta: cero. Peleador callejero sería reprobado.
Relaciones con AMLO: cero. Su único puente es, quizá, el góber. El otro, acaso, la secretaría de Energía. Pero en la pelea partidista primero y después está ella.
Promedio general: dos de calificación.

MIÉRCOLES
Zenyazen, cuatro de calificación

Cargos públicos: dos de promedio, quizá. Diputad local y secretario de Educación. Viraje de más de mil años luz de distancia si saliera ungido candidato a gobernador. Le pasaría lo mismo que a Javier Duarte. Es decir, enloquecería en el ejercicio del poder. Mucho poder para un hombre sin la suficiente experiencia.
Experiencia partidista: cero. Ningún cargo. Quizá vocero de un movimiento magisterial y al que traicionó según los mismos líderes de entonces. Strippero que fue, podría sentirse ultra contra súper dotado. Pero una cosita es la teoría y los buenos deseos y otra la realidad.
Fogueo: dos de promedio. Dos de promedio si se considera que como legislador y titular de la SEV recibiría curso intensivo para foguearse como operador político, la más alta virtud de un funcionario público, un Estadista.
La encuesta: cero de promedio. Cierto, los profes lo declararon “el maestro de todos los tiempos”. Pero maestros “acarreados” para el incienso en el Palacio Legislativo.
Relaciones con el presidente: cero. Su único puente para llegar al “Preciso”, Cuitláhuac García.
Promedio: cuatro.

JUEVES
Sergio Gutiérrez, 1.5 de calificación

Carlos públicos: medio punto. Únicamente ha sido y es diputado federal. Y como le dieron el cargo (de seguro por Dedazo) de presidente de la Mesa Directiva del Congreso por un año, entonces, busca ganar “tiempo al tiempo” para posicionarse en el palenque público.
Experiencia partidista: cero. Ningún cargo en el partido político que milita. Claro, con el billete por delante alborota el gallero político.
Fogueo en el campo de batalla: cero. Hasta donde se sabe si se sabe bien, una biografía oscura.
La encuesta: cero de promedio. A menos que aplicara la filosofía de Fidel Herrera Beltrán, de que hay encuestas, encuestitas y chingaderas.
Relaciones con el presidente: un punto de calificación. Como presidente de la Mesa Directiva del Congreso tiene un puente con AMLO, el presidente. Incluso, quizá hasta AMLO habría intervenido para su designación. Y, bueno, “si la mano de Dios” está de su lado, ahora, ha de evaluarse cuando pase el año correspondiente.
Promedio: 1.5.

VIERNES
Rocío Nahle, promedio de 8

Cargos públicos: dos. Diputada federal, senadora y secretaria de Energía. Más, porque fue carrera meteórica. Por aquí subió a “los cuernos de la luna”, se mantiene.
Experiencia partidista: cero. Ningún cargo en el partido MORENA.
Fogueo en el campo de batalla: dos. El salto cirquero de legisladora a ministra de Senado es indicativo. Tiene de su lado “la mano que mece la cuna”.
La encuesta: dos. Si las encuestas son a modo y el senador Ricardo Monreal Avila duda mucho, entonces, bien puede operar para lograr el más alto promedio.
Relación presidencial: dos. Está claro que es la favorita de AMLO, el presidente. Y más, “en el país de un solo hombre” donde el tabasqueño ha concentrado más poder que sus antecesores. A excepción de Porfirio Díaz Mori y Plutarco Elías Calles, el presidente que impuso a cuatro sucesores.
Promedio de Nahle: ocho de calificación.
El sociólogo electoral diría que existen más factores de evaluación, digamos, méritos académicos, operación política por debajo de las cañerías y arriba de la mesa, pactos discretos y secretos, alianzas partidistas, empresariales y mediáticas, asesores renombrados.
Pero por encima de todo, en el sistema político basta estar bien con el presidente de la república para estar, ser y trascender.