ROMPEOLAS: Por ejemplo, Héctor Fuentes Valdés, un jubilado de ochenta años de edad, lúcido, dice que a veces a la mitad de la noche cuando está en el insomnio escucha unos pasos en la sala de la casa… Y como duerme en una recámara en el primer piso se pone en alerta… Y para oreja… Y sigue escuchando los pasos… Incluso, los ha identificado… Y dice: “Es mi mamá… Así caminaba mi madre… Y de seguro viene por mí”… Otras ocasiones escucha los pasos y exclama: “Es mi papá… Así caminaba… Y viene por mí”… Entonces, desde el primer piso grita a la planta baja donde escucha los pasos… “Todavía no, mamá. Todavía no, papá. Tengo unos pendientes que resolver. Yo les aviso”…

ARRECIFES: Otras veces, en el insomnio, en la madrugada hacia las 3, 4 de la mañana, la hora más pesada de la noche cuando, digamos, se duerme a profundidad, unas voces lo despiertan, sobresaltado… Las escucha y entonces, sereno, las identifica… Unas veces, dice, es mi hijo… Otras es mi hija… Y se queda callado para escuchar bien lo que dicen, pero con frecuencia pareciera que hablan en esperanto, aquel idioma inventado en la Torre de Babel…

ESCOLLERAS: Entonces, a la defensiva y contraofensiva, camina por la escalera a la planta baja para buscar a sus hijos y nada encuentra… Como si las voces hubieran escuchado los pasos y se alejan, sin dejar una huella, una pista, un recadito… En automático abre la puerta principal de la casa y los busca en el garaje y nada… Incluso, se apresura a la calle y nada… El silencio… Las calles solitarias… A veces, el viento moviendo de forma lenta las hojas de los árboles con flores sembrados en la calle…

PLAZOLETA: Otras veces ha escuchado el ronroneo de los gatos en la madrugada… Es un gato negro y un gato blanco y ambos suelen llegar a medianoche y/o en la madrugada a buscar comida… También, parece, los atrae una gatita que tienen en la casa de al lado… Con frecuencia llegan cada uno en horas dispares… Pero a veces se cruzan y entrecruzan atrás de la misma gatita… Y es cuando maúllan… Y se amenazan entre sí… Luego, en la madrugada solitaria se escuchan los gritos calenturientos del éxtasis y la plenitud… Lo más fascinante, sin embargo, es el ruido de la lluvia cayendo sobre el techado con ritmo y bamboleo, a veces intenso, otras lento y suave…

PALMERAS: Pero un hecho universal queda claro… Todas las casas tienen ruidos extraños y raros… Y forman parte, digamos, del hábitat… Entonces, para evitar andar con ondas esotéricas (por ejemplo, extraterrestres merodeando), quizá lo conveniente es identificar los ruidos de la casa y los fantasmas y la imaginación… Y hasta los pendientes de la conciencia… Únicamente así, dicen el terapeuta y el arquitecto y el albañil, se vive en paz y tranquilidad… De lo contrario, día llegará cuando un hombre lobo perturbe las horas nocturnas…