Fue el caso, por ejemplo, del periodista y escritor, Miguel Ángel Granados Chapa, autor de la famosa columna “Plaza Pública”, publicada los últimos años de su vida en el periódico Reforma…

ROMPEOLAS: Granados Chapa preparó su muerte… Por ejemplo, cuando estaba consciente de que moriría, habló con su familia para solicitar que, porfis, a nadie avisaran… Deseaba irse al otro lado del charco con el más bajo perfil… Sin exponer su cuerpo a la kermesse tan acostumbrada de que el velatorio se convierte en una pachanga de los amigos y conocidos… Además, el aburrimiento de que por aquí mueres te conviertes en un santo y en el hombre más bueno del mundo…

ARRECIFES: Además, y como en su caso, y en un descuido, que hasta homenaje público te organicen con cuerpo presente en el Senado de la República o en el Instituto Nacional de Bellas Artes… Y de ñapa, tirios y troyanos te halaguen escribiendo artículos, crónicas, reportajes, sobre tu paso en la tierra… Así, con toda la discrecionalidad murió Granados Chapa… Incluso, tan preparó su muerte que escribió varias columnas de “Plaza Pública” encargando a la familia que con el día con el día las enviaras al diario Reforma como si estuviera vivo, lleno de enjundia…

ESCOLLERAS: Entonces, cuando su muerte trascendiera habían pasado varios días, parece que cuatro o cinco… Y, claro, como hubo reproche de los amigos, pero la familia se sostuvo diciendo que era la petición de Granados Chapa… Y, bueno, cada uno tiene sus creencias, costumbres y hábitos y filosofía de vida, pero parece una gran decisión la forma de morir… Más, en el país, donde y por lo regular la muerte se convierte en un pachangón… Hay pueblo, incluso, donde la orquesta municipal encabeza el sepelio y se va tocando la canción preferida del muerto desde su casa y/o funeraria hasta la iglesia y luego hasta el panteón… Además, de que la noche del velorio tremenda borrachera que muchos agarran…

PLAZOLETA: Granados Chapa fue, es, un gran maestro del periodismo, en la academia y de la vida… Contemporáneo, entre otros, de don Manuel Buendía y don Julio Scherer García y Vicente Leñero, en el periódico Excelsior eran famosos los dos Migueles… Granados Chapa y Miguel López Azuara, originario de Tuxpan, Veracruz, y quienes estaban a cargo de la página editorial… Los dos con una honestidad “a prueba de bomba”… Luego, sus vidas se alejaron porque, ni modo, la vida es así… Granados siguió en el periodismo y López Azuara se metió de funcionario público, ni más ni menos, que con Carlos Salinas de Gortari…

PALMERAS: La otra forma de morir, digamos, con dignidad, y más cuando se tiene una enfermedad terminal (cáncer, Alzheimer, leucemia, Parkinson, entre otros) es la Eutanasia… Se requiere, claro, un permiso de la autoridad médica para comprar la inyección letal… Pero hay para quienes en la vida llega un momento estelar de irse, antes, mucho antes de convertirse en un fardo pesado para la familia… Y la voluntad ha de respetarse… Más, mucho más, cuando se está en paz con todos…