Lo hicieron, cuando en el país los escándalos de corrupción, igual, igualito que en el siglo pasado, siguen trascendiendo.
Y cuando, caray, una mujer, ex perredista, ex lideresa nacional del PRD, ex jefa de Gobierno en la Ciudad de México, ex titular de la SEDESOL y la SEDATU, Rosario Robles Berlanga, sigue presa, acusada de gran estafa.

PASAMANOS: El tema de la corrupción es, y por desventura, como la casa del jabonero. “Quien no cae, resbala”.
Bastaría referir un hecho inédito: en Juchique de Ferrer, con el alcalde anterior hubo quienes, por un lado, se llevaron hasta los muebles, y otros, dejaron puros cadáveres de muebles.
Incluso, el presidente municipal en funciones pidió (insólito, inverosímil, para Ripley) que cada edil llevara dos sillitas, mínimo, de su casa al palacio.
Una para ellos, y otra, para la audiencia.

CORREDORES: El juramente religioso contra la corrupción incluye la leyenda mítica y bíblica del famoso diezmo.
Es decir, y como todo mundo lo sabe, el diez por ciento que de cada obra pública se lleva o solía llevarse el alcalde, el tesorero, el director de obra pública, cada regidor.
Por ejemplo, si de pronto construían una obra pública, digamos, de cien millones de pesos, diez millones le quedaban al funcionario encargado del área.
Por eso, entre otras cositas, el famoso enriquecimiento ilícito en que solían caer, o caen todavía, los funcionarios de un Ayuntamiento.

BALCONES: La corrupción, incluso, tan arraigada con la famosa “mordida”.
“Mordida” al agente de tránsito y policía.
“Mordida” al burócrata para agilizar trámites.
“Mordidota” al presidente municipal y regidor para concesionar una obra de infraestructura.
“Mordida” al Regidor de Comercio para hacerse “pato” con alguna violación al reglamento de comercio.
Entonces, el tema universal socorrido en el discurso de toma de posesión de los 212 alcaldes fue la corrupción, con todo y que José López Portillo como presidente de la república acuñara la frase bíblica de que “Todos somos la corrupción”.
Más, cuando los políticos suelen darse muchos, demasiados, excesivos “golpes de pecho”.

PASILLOS: Y es que la corrupción está en el ADN.
El país, por ejemplo, ocupa el primer lugar mundial en corrupción política.
Quizá la iniciaron Moctezuma II y los caciques indígenas regionales desde Yucatán hasta Veracruz y en el camino a Tenochtitlán cuando llegara Hernán Cortés y su ejército y les enviaran cada uno veinte doncellas, todas vírgenes, “las flores más bellas del ejido”, además de burritos cargados con oro.
Fue cuando los mismos reyes indígenas despertaron la codicia en Hernán Cortés y amiguitos que lo acompañaban.

VENTANAS: Por eso el acto y/o juramento moral de los nuevos ediles en contra de la corrupción.
Significa, entonces, que los alcaldes y ediles entraron con las manos limpias y dentro de 4 años saldrán de los palacios municipales con las manos más limpias que nunca.
Y que en el camino jamás “ordeñarán la vaca” ni tampoco “meterán las manos al cajón”.
Y que nada de empresas fantasmas ni menos inflar el presupuesto.
Ni tráficos de influencias, ni conflicto de intereses ni nepotismo.
Es decir, el mundo soñado. La utopía. El paraíso terrenal. Ángeles y querubines gobernando Veracruz con una honestidad “a prueba de bomba”.
¡Ay, si Benito Juárez no hubiera muerto! ¡Hosanna, hosanna, el Nuevo Hombre Público de Veracruz ha nacido!