Cuarenta niñas asesinadas de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho, aquí, donde el 7 de enero, y para festinar el año, 9 cadáveres fueron tirados en la autopista al sur de Veracruz, a la altura de Isla, y cuatro más tirados al día siguiente en Rinconada.

PASAMANOS: La última niña asesinada fue en Xococotla. Se llamaba Fanny y tenía doce años. Y era hija del presidente municipal en funciones, Magdaleno Juárez Pérez.
Y ejecutada el día 28 de diciembre, a la fecha, ningún detenido. Ningún indiciado. Los asesinos físicos, se ignora si también los homicidas intelectuales, habrían volado al infierno.
Es decir, la impunidad. La misma impunidad en términos generales con las 39 (treinta y nueve) niñas asesinadas en los últimos 16 (dieciséis) años, el lapso que va de Fidel Herrera Beltrán a Cuitláhuac García Jiménez y pasa por Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares.

CORREDORES: La estadística de los feminicidios infantiles está canijo.
Primero, por el oleaje violento de crímenes en contra de niñas.
Y segundo, por la impunidad, con todo y que la Fiscalía General lo revele, reconozca y acepte (AVC Noticias).
Ya de por sí, Veracruz, con la 4T, en el handicap nacional de los feminicidios. Ahora, también, feminicidios infantiles.
Ta’cañón que en el llamado Estado de Derecho que es Veracruz estén asesinando a niñas.
Incluso, quizá, ultrajadas.
Bien pudiera decirse como el ex alcalde de Xoxocotla que en el caso de su hija de doce años asesinada… fue, digamos, una venganza.
“Si era contra mí, aquí estoy”, dijo, más o menos.

BALCONES: Son cuarenta niñas asesinadas. Ningún daño hacían. A nadie. Menos, mucho menos, a los malandros. Tampoco a la delincuencia común.
Entonces, todos los atenuantes de la ley en contra.
Alevosía, ventaja y premeditación. Saña y barbarie. Ventaja violenta y frenética de los homicidas.
Simplemente, terrorismo delincuencial. Se van contra las niñas para doblegar y arrodillar a los padres.
Cien por ciento evidenciada aquella política obradorista de “amor y paz”, abrazos y besos y saluditos de mano para los carteles. Y hasta el perdón cuando han estado detenidos como el caso de un hijo de Joaquín Guzmán Loera, El chapo.

PASILLOS: La Fiscalía General en el Principio de Peter. No puede. Está rebasada por los malosos. Los dueños de la agenda setting.
Con todo y las cacayacas del secretario General de Gobierno y el góber de que “no permitiremos venganzas y ajustes de cuenta” entre los malosos ni tampoco “vamos a permitir que ningún grupo quiera venir a establecerse sobre otro”.

VENTANAS: Ni modo, “no hay peor ciego que quien no desea ver”.
Veracruz ensangrentado. Oliendo a pólvora y muerte. “La muerte teniendo permiso”.
Digamos, que la estrategia y política de seguridad y procuración de justicia siguen fallando.
Y como fallan, los malandros “se crecen al castigo”, y como nada pasa, continúan delinquiendo, haciendo de las suyas, con los vientos favorables, sin miedo ni temores de ser detenidos y encarcelados y procesados y sentenciados.
El día cuando el Estado resulta incapaz de garantizar la seguridad en la vida como establece el Estado de Derecho, entonces, es la hora de las guardias comunitarias y las autodefensas y de hacer justicia por mano propia…