Titulado como licenciado en Derecho ya era regidor.
Luego, diputado local.
Después, diputado federal.
Y a los treinta años, senador de la república. Quizá, el Senador más joven.
Después, se salió del PRI.
Y años después, fue presidente municipal en la Ciudad de México.
Para entonces, ya llevaba, hasta completar, hoy, 24 años al lado de Andrés Manuel López Obrador.
Incluso, le coordinó una de las tres campañas como candidato presidencial de la izquierda.
Ahora, es Senador de la República por segunda ocasión.
Y coordinador general de su partido, MORENA, en la bancada legislativa.
Pero..., en MORENA hay tribus que le apodan "El villano".
El Villano... que porque jugó las contras a Claudia Sheinbaum como jefa de Gobierno en la Ciudad de México en la elección de alcaldes el 6 de junio del año anterior.
Y por su culpa, Sheinbaum, ajajá, perdió 6 de las quince presidencias municipales, una de ellas, Rosario Padierna, la esposa de René Bejarano, quien fuera secretario particular de AMLO como jefe de Gobierno en la Ciudad de México, en aquel tiempo cuando lo filmaron embolsándose el billete entregado por el playboy argentino, Carlos Ahumada.
Y le apodan El Villano... que porque declaró la guerra política, social y penal al gobernador de Veracruz, por el caso de su secretario técnico en la Junta de Coordinación Política del Senado, José Manuel del Río Virgen, preso en el Penal de Pacho Viejo, acusado de la autoría intelectual de un candidato del Movimiento Ciudadano a presidente municipal de Veracruz.
Y le apodan El Villano... porque está empeñado en derogar el artículo del Código Penal de Veracruz denominado Ultrajes a la Autoridad y que tiene presas a más de cien personas en Veracruz.
Y El villano... que porque luego de pelea jurídica derrotó a Cuitláhuac García Jiménez al lograr la libertad para los 6 chicos de Xalapa presos durante 4 meses por agredir a unos policías, a quienes, ajajá, intentaron herir con unos cuchillos cebolleros.
Y El Villano... porque se opone a que el candidato presidencial de MORENA sea elegido a través de las encuestas.
Y El Villano... porque AMLO, el presidente, lo excluyó de su listita de presidenciables y él debió encartarse, destapado primero por el partido Fuerza México, y luego, por él mismo.
Y El Viillano... porque sigue estando en contra de la sucesión anticipada desatada por AMLO.
Es el senador Ricardo Monreal Ávila.
Y es militante de izquierda.
Y está librando la batalla más importante de su vida porque siente, cree, está convencido de que el año 2024 es su hora para la candidatura presidencial y gobernar el país "porque está muy preparado".
Hoy, aquellos años cuando hasta el mes de diciembre del año 2020 desayunaba con AMLO, son historia, nostalgia, desayunos memorables, citables y recordables, porque está "minimizado" por AMLO.
Todo, dice, por una intriga palaciega.
Y aun cuando toda la vida ha estado "aislado, cercado mediáticamente y perseguido", sigue luchando.
Luchando por su dignidad como político y como ser humano.

EL VILLANO DESAFIANDO EL OBRADORISMO
Plutarco Elías Calles tuvo a un José Vasconcelos Calderón como candidato presidencial independiente.
Miguel de la Madrid Hurtado a un Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano jugando por la libre y lo que significara una gran escisión política en el priismo.
Carlos Salinas a un Manuel Camacho Solís y a quien excluyó de su listita presidencial con todo y que a Luis Donaldo Colosio, su favorito, se lo mataron, y relegó por segunda ocasión a Camacho Solís y favoreció a Ernesto Zedillo.
Vicente Fox Quesada tuvo a un Felipe Calderón Hinojosa, autodenominado "El hijo desobediente" y quien le ganara la partida.
Todo pareciera que Andrés Manuel López Obrador tiene ya, tendría, a Ricardo Monreal Ávila.
Y aun cuando ahora jura y perjura que en ningún momento se mira candidato presidencial de un partido político ajeno a MORENA, los hechos parecieran estar empujando la carreta a la posibilidad.
Y es que ni modo que Monreal, y también, Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores, se crucen de brazos y "dejen hacer y dejen pasar", así nomás, a Claudia Sheinbaum como favorita presidencial en el primer trimestre del año 2024, la hora de la nominación oficial.
Hoy, por ejemplo, Ricardo Monreal, El Villano, "se desgarra las venas" profesando lealtad a AMLO. Pero a la hora estelar, la hora de las decisiones, la hora de las encuestas, la hora del Súper Dedazo, ya se verá...
Más cuando anda tan movido.
Por ejemplo, el fin de semana con entrevistas exclusivas publicadas en el periódico Reforma (satanizado por AMLO) y el semanario Proceso, tan distante de AMLO como parece.

MONREAL ESTÁ JUGANDO LAS FICHAS
Pero "El Villano" está jugando, parece estar jugando en el palenque público con fría y cerebral inteligencia.
Uno. A cada rato repite el mismo estribillo: "Nunca me confrontaré con AMLO".
(Por ahora, claro, pues ya se verá a la hora de la nominación del candidato presidencial de MORENA).
Dos. A cada rato repite que desde hace 24 (veinticuatro) años está luchando al lado de AMLO.
Tres. Ha evidenciado el destape presidencial anticipado.
También ha cuestionado que la decisión del candidato sea tomada en unas encuestas, de por sí, amañadas y bajo sospecha.
Pero al mismo tiempo, reitera el cariño, el afecto, el respeto y la admiración por AMLO.
Juega, pues.
Juega en la resbaladiza cancha política.
Incluso, el politólogo José Antonio Crespo dijo en el noticiero de Pepe Cárdenas, que Ricardo Monreal Ávila estaría jugando, más que a la candidatura presidencial, a perder ganando con la nominación de MORENA para jefe de Gobierno en la Ciudad de México y que en el año 2018 declinará a favor de Claudia Sheinbaum.
Por eso, dice Crespo, Monreal mueve sus fichas.
Y mientras, y toda vez que los demonios por la candidatura presidencial fueron soltados en MORENA, las zancadillas, los golpes bajos, los pleitos... en MORENA.
Incluso, descuidando la tarea básica del cargo público que ahora usufructúan Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Anaya.
Y de ñapa, atosigando el fuego, el panista Ricardo Anaya asegurando que la revocación del mandato únicamente es para "satisfacer la vanidad de AMLO", y de paso, tumbar a los más altos funcionarios del Instituto Nacional Electoral, INE.
Un país revuelto "en el país de un solo hombre" de cara ya, ya, ya, a la sucesión presidencial del año 2024.
El villano y sus villanías...
Casi casi, el apóstol del diablo.