Los padres y los hijos
•Tarea inacabable
•Letrero en Estambul
EMBARCADERO: Camino a Estambul hay un viejo letrero a la orilla del camino... Es sencillo y simple, pero con una filosofía de vida fuera de serie... Dice: “Los hombres se miden por lo que hacen por los hijos”... Y es que como dice el viejito del rancho, así los hijos estén casados y tengan sus hijos y vivan, claro, aparte, y hagan sus vidas aparte de cualquier forma son hijos... Y con los hijos nunca se acaba... Más cuando en sus vidas hay vacas flacas y las pocas, escasas vacas gordas que pudieran existir ya se fueron
Luis Velázquez
ROMPEOLAS: En el siglo pasado, por ejemplo, se decía que bastaba y sobraba con dar estudios superiores a los hijos, una carrera, por ejemplo, en la universidad… Pública, cierto, pero si se podían, en la universidad privada, donde, se entiende, la calidad educativa es superior, de primera… Luego, hacia finales del siglo pasado se impuso la norma, la ley, la costumbre, de que la licenciatura era insuficiente y habría de ofrecer a los hijos una maestría y un doctorado… Y, bueno, si era posible, hasta un posgrado en el extranjero en universidad de primer mundo…
ARRECIFES: Pero hacia principio de este siglo, la tesis cambió… Y ahora, y dado el desempleo, los salarios de hambre y los trabajos inestables, la versión se ha enriquecido asegurando que además de una carrera a los hijos necesita procurarse la posibilidad de un negocio propio, aunque sea, digamos, un changarro… Y en todo caso, un comercio, una empresa, que sea propiedad de ellos y que, bueno, y de entrada, al grueso de la población le resulta imposible, una quimera, una utopía, un dulce sueño de verano, dada la precariedad en que vive el grueso de la población…
ESCOLLERAS: Par de películas mexicanas ilustran y documentan la relación de los padres y los hijos… Una se llama “Cuando los hijos se van” y dejan un profundo dolor y sufrimiento, porque de pronto, la casa queda y se siente vacía… Y la otra se llama “Cuando los hijos regresan”, pero regresan fracasados en la vida, desempleados, incluso, divorciados, y a cargo de los hijos menores… Y entonces, la casa paterna se alegra, pero todos los días se anda “patas arriba”… Y más, porque el patriarca “ha de entrar a Belem cantando” para la papa de todos los días… Y las canijas pensiones que son insuficientes…
PLAZOLETA: “La vida (ya se sabe) da muchas vueltas”… Por eso, el valimiento universal de que “los hombres se miden por lo que hacen por los hijos”… Y aun cuando pueden existir hijos, digamos, ingratos, despreocupados, indiferentes, lejanos, son hijos… Y aunque duela, si es necesario ha de asestarse el manotazo para reorientar la vida… Más, mucho más, cuando hay nietos de por medio… Más, porque como dice el viejito del barrio, hay veces cuando se quiere más a los nietos que a los hijos…
PALMERAS: En todo caso, es la misma sangre y la misma carne… Y, bueno, si en el relato bíblico está la historia del hijo pródigo, entonces, queda constancia de que la vida es así y ni hablar, “¡aquí nos tocó vivir!” y han de seguir los padres, con los hijos y los nietos, empujando la carreta y pateando la pelota para construir y volver a construir una mejor calidad de vida… Bastaría referir que Pancho Villa quería y amaba por igual a sus veintiocho hijos y los procuraba, sin hacer menos a nadie, todos por igual…