“Encomendarse a Dios”
•Dios está muy ocupado...
•Cadáveres tirados
UNO. “Encomendarse a Dios”
En Zacatecas, los malandros tiraron diez cadáveres frente al palacio del gobernador. Entonces, el hermano del senador Ricardo Monreal Ávila pronunció frase célebre, memorable, citable y bíblica: “Sólo queda encomendarse a Dios”.
Luis Velázquez
Desde luego, su creencia en el Ser Superior resulta impresionante.
Dios, sin embargo, estará ocupado en menesteres urgentes. Y, además, ninguna razón existe para convocar a Dios cuando el Estado y las corporaciones policiacas son ineficaces e ineficientes para garantizar la seguridad en la vida y en los bienes.
Dos días después, el viernes 7 de enero, los malandros tiraron 9 cadáveres en la autopista al sur de Veracruz, a la altura de Isla.
Y ni hablar, y como dijo el góber de Zacatecas, solo queda “encomendarse a Dios”.
DOS. “Dios está conmigo”
Por todos lados los humanos convocan a Dios.
“Ve con Dios” solían decir, dicen todavía, los panistas encumbrados en el poder público.
“Que Dios te acompañe” exclaman los sacerdotes cuando despiden a un feligrés.
“Dios está conmigo” solía decir el presidente Vicente Fox.
“Dios me iluminó para la guerra en Afganistán” exclamaba George W. Bush como presidente de Estados Unidos.
El único que ha visto a Dios fue aquel Papa que una madrugada en el insomnio se levantó a tomar agua a la cocina y Dios lo esperaba en un pasillo…
TRES. Los dueños de la pelota
Más, cuando está claro: los carteles y cartelitos se han adueñado de la vida en el país.
Y si los carteles actúan y operan en México como en su casa, entonces, significa, como premisa universal, que la autoridad municipal, estatal y federal ha fallado.
Está en su Principio de Peter. No puede. Los narcos las rebasaron. Ellos son los dueños de la pelota y de la carreta.
Y ni modo que Dios se ocupe de las tareas que corresponden a las tribus políticas.
CUATRO. Un Procurador Digno
En el año 2014, cuando en el paso a desnivel de la avenida Ruiz Cortines, en Boca del Río, los malosos tiraron 33 cadáveres, el gobernador Javier Duarte enfureció y culpó al Procurador de Justicia, Reynaldo Escobar Pérez.
Y hasta le mentó la madre.
El Procurador reaccionó con gran dignidad humana y le dijo:
“A mí nadie me mienta la madre. Y vaya usted a chingar a la suya. Y ahorita le envío mi renuncia”.
CINCO. Huele a pólvora y sangre
Con esa filosofía política de ejercer el poder, entonces, los 32 gobernadores y hasta el presidente de la república han de “encomendarse a Dios” para librar el oleaje de violencia, secuestros, desaparecidos, asesinatos y fosas clandestinas en un país oliendo a pólvora y sangre.
Pero mucho se duda que Dios se ocupe de la violencia en el país.
Bastaría referir, por ejemplo, que el Papa Francisco ha pedido a Dios frenar la pederastia de los sacerdotes y que tanto sangran el erario eclesiástico por las indemnizaciones a las víctimas y todo indica, Dios guarda silencio.
SEIS. Desesperación oficial
La frasecita del góber de Zacatecas expresa la desesperación política, social y de seguridad a que llegado.
Incapaz de dar resultados y combatir con hechos a los carteles, entonces, toca las puertas del cielo para ver si es escuchado.
Un político más en el principio de Peter. Casi casi como aquel Procurador de Justicia de Nuevo León cuando declarara que ni Superman acabaría con el tsunami de violencia.
Dios estará más ocupado y preocupado por tanta miseria y pobreza y desempleo y jodidez en el país.