Peores enfermedades
•Depresión y cáncer
•El temible Alzheimer
UNO. Trío de males del Apocalipsis
Quizá tres de las peores y duras y rudas enfermedades, entre otras, son la depresión, el Alzheimer y el cáncer.
Es terrible mirar en el mes en mes el deterioro neurológico y afectivo en que poco a poco va cayendo el familiar amado, perdiendo facultades
Luis Velázquez
físicas y mentales, sin ninguna medicina atenuante.
De hecho y derecho se trata de una muerte en vida.
Por un lado, con el Alzheimer y la depresión, la pérdida de la memoria y de la emoción biológica.
Y por el otro, con el cáncer, los más canijos dolores de la vida.
DOS. Costo tratamiento médico
Cierto, hay medicinas que ayudan a superar y trascender el cáncer.
Pero al mismo tiempo, es un tratamiento médico muy costoso y que para el grueso de la población (6 millones de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza y la jodidez, por ejemplo) resulta una proeza económica y social que nunca será posible.
Entonces, condenados de por vida hasta que el cáncer se los lleve.
En el caso de la depresión también, claro, puede atenderse. Quizá superarse. Pero las medicinas son muy caras.
TRES. Vida vegetativa
Nada hay todavía para ganar la batalla de salud con el Alzheimer.
La ciencia médica ha sido incapaz de encontrar el antídoto.
Y entonces, poco a poco, en la persona enferma la conexión neurológica se va desprendiendo hasta que la memoria queda hecha añicos.
Y es cuando, entre otras cositas, el enfermo ha olvidado su archivo mental. Y a nadie de la familia conoce. Y ha olvidado los hechos y las circunstancias, los nombres y las fechas.
Incluso, olvida las funciones del cuerpo humano.
Y ver y mirar a un familiar con Alzheimer es lo más triste, totalmente triste del mundo.
Una vida vegetativa cien por ciento. Y que sin embargo, y en rara y extraña conjunción, sienten y presienten, perciben la energía positiva y negativa.
Y, caray, sin poder expresarse porque han perdido la conectividad de las neuronas… como si fuera, digamos, un cortocircuito en el sistema eléctrico.
CUATRO. Viaje a la oscuridad
El escritor norteamericano, William Styron, muy amigo que fue de Carlos Fuentes Macías, aseguraba que la depresión “es un viaje a la oscuridad”.
Depresivo que era el mismo Styron.
Depresivo que fue Ernest Hemingway y que lo llevara a darse un escopetazo en la boca cuando tenía 62 años de edad.
Y es que en la depre (como le llaman de cariño), nada ni nadie levanta el ánimo en el enfermo.
Y salir de ese viaje sórdido y sombrío, librarla, constituye un milagro de vida.
CINCO. Club de Depresivos Anónimos
La depre es genética. El Alzheimer es genético. El cáncer es genético… hasta donde se sabe si se sabe bien.
Hay, por ejemplo, muchas familias con varios enfermos depresivos, y cuando uno y otro platican sobre el tema, con alegría exclaman:
“Es cosa de familia”.
Y así son dichosos y felices… en lo que cabe y es posible.
Hasta un Club de Depresivos Anónimos han formado, confiando en que si los grupos de Alcohólicos Anónimos ayudan a curarse, entonces, también pudiera concitarse el milagro.
SEIS. 3 mil enfermedades en la vida
De acuerdo con un médico hay unas tres mil enfermedades que el ser humano enfrenta y confronta en la vida.
Y aun cuando se vive expuesto, la calidad de vida que cada persona se busque y pueda darse mucho contribuye a una vida sana.