Ejército de desempleados
•Durísima cuesta de enero
•¡Qué difícil es vivir”
EMBARCADERO: Hay en todos lados, en todas las ciudades, en todo el país, una procesión de la desesperanza... Son los miles y miles de jefes de familia y jóvenes en edad productiva desempleados... Todos, tocan puertas laborales y por lo general, la mayoría cerradas... Y cerradas en medio de la recesión que vivimos y padecemos y que, por ejemplo, y en el caso de Veracruz significó en el primer año del COVID que 540 (quinientas cuarenta) mil empresas, comercios y negocios quebraran
Luis Velázquez
Y cerraran sus puertas incluso de manera definitiva…
ROMPEOLAS: En esta procesión hay carpinteros, pintores, fontaneros, electricistas y trabajadoras domésticas… Pero también, gente con una carrera universitaria… Peor, mucho peor, cuando se trata de ciudadanos de a pie que apenas cursaron la escuela primaria o secundaria, incluso, el bachillerato… Y como es natural, en los negocios abiertos han instalado mejor un anuncio fatídico de 4 palabras, las siguientes… “Aquí no hay trabajo”… Y entonces, el avisito parroquial frena y detiene en automático a los solicitantes y a seguir buscando…
ARRECIFES: Algunas veces, el cesante pone la cara de angustia, a punto del llanto, los ojos tristes, las manos juntas como si fuera a rezar hincado en el altar de la iglesia, y pide, solicita, ruega, mendiga “una ayudadita por el amor de Dios” a la persona a quien solicitara el empleo… Y todavía de ñapa lanzan frase catatónica… “Mis hijos no comieron ayer”… Peor tantito si se considera la profecía y advertencia de los analistas económicos asegurando que la cuesta del mes de enero será la peor de dos décadas… Es decir, y una vez más, únicamente queda vivir, tratar de vivir, en medio de la austeridad más dura de la historia, pues con el COVID, ahora ómicron, la hermana gemela, la recesión está “al rojo vivo”…
ESCOLLERAS: Por todos lados se está viviendo esta recesión… Los restaurantes y cafés, por ejemplo, semivacíos… Igual las cantinas… Igual los antros con taiboleras… Y si las plazas comerciales están o parecen estar llenas se debe, entre otras cositas, que como tienen aire acondicionado se utilizan para dar la vuelta y distraerse mirando los aparadores… Una señora dijo a la otra: “¡Qué jodidos están los precios!”… de tan elevados, claro… Y la señora le reviró de la siguiente manera: “Los precios están bien… Nosotros somos los jodidos”…
PLAZOLETA: Nadie se equivocaría si percibiera, por ejemplo, que a la fecha hay un ejército de desempleados en todos los pueblos del país… Muchos, viviendo de los ahorritos y que, bueno, al paso que vamos, ya estarán agotados… Otros, del apoyo paternal… Otros más, vendiendo pambazos y tacos y sándwiches y tamales de puerta en puerta… En la recesión en Estados Unidos hacia el año 1930 las familias terminaron alimentándose con una ayudadita oficial del gobierno, aun cuando los más precaristas disputaban el bastimento que en los restaurantes tiraban a la basura…
PALMERAS: Tan es así que el obradorismo sigue con los programas sociales y que significan unos centavitos bimensuales a los pobres, los campesinos, los jóvenes, los ninis, los ancianos y las madres solteras y con hijos… Y que, bueno, estirándose quizá alcanzan para comer unos días… Con todo, los tiempos son difíciles, duros y rudos… Y lo peor es que ninguna lucecita alumbra el largo y extenso túnel de la desesperanza y el desencanto… Y solo resta tratar de vivir con la más austera de las austeridades… O de lo contrario, terminaremos como en EU en 1930 comiendo hierbas silvestres, las mismas que come el ganado…