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Diario de un reportero
Sábado 25 diciembre, 2021

La esperanza muerta

Desencanto social
•Políticos pillos y ladrones


DOMINGO
La muerte de la esperanza



Los ciudadanos hemos perdido la esperanza en muchos actores sociales. En los políticos, los partidos políticos, los funcionarios públicos, los líderes, los reporteros, los medios, los patrones, en las iglesias católicas y evangélicas y cristinas y protestantes y en los maestros.
Incluso, el COVID, oliendo a muerte, sigue ganando las batallas. Y aun cuando se trata de una pandemia que cada cien años se reproduce en los pueblos y en la vida, y habría de considerarse, digamos, como un hecho normal, todos los días hay muertos en Veracruz y el país.
Y cada persona, y cada ser humano, se siente desprotegido.
La esperanza, pues, desgajada, hecha añicos, talco y polvo.
El desencanto social descarrilado. Y lo más grave, la pérdida de la emoción social.
Y es que ninguna esperanza->

Luis Velázquez

puede abrigarse cuando, por ejemplo, el desempleo se multiplica por todos lados y en todos los niveles.
Además, los salarios de hambre. Y los salarios sin las prestaciones sociales, económicas y médicas contempladas en la Ley Federal del Trabajo.
Duro y rudo un padre de familia cesante. Sin posibilidad de llevar a casa el itacate y la torta.
La estadística del INEGI dice que en Veracruz hay un millón de personas que todos los días solo hacen dos comidas, y mal comidas, debido a la precariedad familiar.

LUNES
Políticos pillos y ladrones

Los ciudadanos de a pie hemos perdido la esperanza social por culpa de los políticos deshonestos.
Bastaría recordar que según el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, interpusieron doscientas denuncias penales en la Fiscalía General en contra de políticos yunistas, duartistas y fidelistas.
Además, la denuncia de la Contralora Mercedes Santoyo de que tiene integradas doscientas carpetas de investigación en contra de igual número de políticos de Veracruz por (presuntos) actos de corrupción.
Así, resulta insólita la posible corrupción, o la corrupción, en que los funcionarios públicos incurren y quedan atrapados cuando están al frente de un desempeño público y disponen de presupuesto.
Por eso mismo, el país ocupa el primer lugar mundial en corrupción política.
Entonces, con justa razón, razón de sobra, la población electoral ha perdido la esperanza social.
Más cuando la política ha terminado ligada a la deshonestidad.
Y aun cuando hay excepciones, los políticos íntegros constituyen “una aguja en un pajar”.
Los políticos han desprestigiado a la política.

MARTES
Curas pederastas

Una cosita es creer en un Ser Superior, en Dios, en el Hijo de Dios, en la Virgencita, en los santos.
Y otra, mil años luz de distancia, en los llamados Ministros de Dios, entre los cuales figuran el montón de sacerdotes y presbíteros pedófilos.
Por desgracia, la peor pesadilla de la iglesia,
Tanta que, por ejemplo, la iglesia ha debido pagar millones de dólares y euros a las víctimas para acallar la protesta y la inconformidad y el coraje social.
Además, ha llevado al Papa Francisco a solicitar perdón a cada rato a los feligreses víctimas del abuso sexual de los curas.
Tantito peor cuando, y por ejemplo, en vez de someterse a los sacerdotes pedófilos a un juicio penal como cualquier otro pederasta, los cambian de adscripción de un lado a otro del mundo y hasta los envían a un monasterio para vivir encerrados rezando y pidiendo, ajá, el perdón de Dios.
Por eso, miles de feligreses han desertado de la religión católica y migrado a otras, incluso, se han vuelto ateas.
Razón suficiente de peso y con peso para perder la esperanza en la iglesia.

MIÉRCOLES
Desencanto mediático

El desencanto ciudadano del ejercicio periodístico es viejo, histórico, milenario y bíblico.
Desde siempre, la prensa ha sido acusada de servir a las tribus gobernantes en el poder, cuando, caray, los cánones morales y éticos indican que entre más lejanos estén los trabajadores de la información del Príncipe, mejor periodismo, periodismo de altura, se practica y ejerce.
“Prensa vendida” fue el grito estudiantil en los movimientos del 68 en París, Checoslovaquia, Estados Unidos y México.
Un estigma que nunca ha sido posible borrar. Incluso, Latinobarómetro, que pulsa a la población en el continente, publica que el grado de la confianza ciudadana en la prensa está al mismo nivel que la confianza en la policía.
En el sótano, pues.
Y más cuando si en la calle un ciudadano mira venir en un lado de la banqueta a un policía y en el otro lado a un ladrón, preferible seguir en el lado del ladrón, porque mientras el ratero roba y se huye, el policía, roba, golpea, madrea y detiene acusando, más ahora, de ultrajes a la autoridad.
Cada sexenio tiene su prensa y medios favoritos, aliados, socios.
Y los ciudadanos de a pie y la población electoral lo advierten y registran y terminan en la desesperanza.

JUEVES
Veracruz huele a pólvora

Con tanto olor a pólvora en Veracruz, la esperanza social hecha pedacitos.
Un Veracruz ensangrentado.
Niños huérfanos. Parejas viudas. Padres ancianos a la deriva social.
Colectivos, más de veinte, integrados con padres con hijos desaparecidos, apostando, más que a la esperanza, a la fe, la fe milagrosa, para encontrar a los suyos.
Vivos o muertos.
Hay, sin embargo, parece existir, un oasis en el páramo de tanta soledad.
Se está dando en Coatzacoalcos, en el sur, donde de acuerdo con la versión oficial van 305 (trescientos cinco) días sin secuestros.
Cierto, el índice de extorsiones sigue igual, o peor. Y más, en los tiempos que caminan cuando según la secretaría de Desarrollo Económico, en el primer año del COVID, cerraron, quebradas, 540 (quinientas cuarenta) mil empresas, negocios, comercios y changarros.
Se vive con miedo. Y temor. Y pavor. Y horror.
Y aun cuando, digamos, las corporaciones policiacas se aplican, carteles o cartelitos, nacionales o simplemente locales, parecen constituir un ejército inacabable de sicarios y pistoleros, malosos y malandros.

VIERNES
Vivir sin esperanzas

Hay cosas muy duras y rudas, entre otras, vivir sin esperanzas.
Canijo, por ejemplo, vivir sin esperanzas personales y familiares. Resignados. Cruzados de brazos. Sin esperar ya nada.
Pero peor, mucho peor, cuando la población pierde la esperanza social, totalmente desencantada de los políticos y los funcionarios públicos.
Por eso mismo, en Soledad Atzompa, en el corazón de la sierra de Zongolica, la población linchó a seis secuestrados.
Y a cada rato, en el puerto de Veracruz, los vecinos de las colonias proletarias han detenido, atado de manos y pies y desnudado a los pillos, ladrones y rateros, y amarrado a un poste de luz y avisado a la policía
Y en algunas regiones del Estado jarocho los vecinos se han integrado en autodefensas.
Y en otros pueblos han organizado plantones, marchas y manifestaciones ante el palacio municipal exigiendo garantías para vivir sin sobresaltos.
Y por eso aquellos plantones de familiares de desaparecidos en las giras de AMLO, el presidente, en Veracruz.
Y los Árboles del Dolor levantados por los parientes de los desaparecidos con esferas navideñas donde colocaron las fotos de sus hijos secuestrados.
Todos ellos llegaron a la inconformidad porque ya perdieron la esperanza social y es, por ahora, el único camino para tratar de recuperar la dignidad humana.


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