Tampoco "Las caritas sonrientes" de la cultura totonaca, y a las que, entre otros, Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, dedicara un ensayo célebre, ni "La señora Amajac" colocada en estatua en la Ciudad de México, ni el castillo de San Juan de Ulúa donde estuvieran presos Chucho el roto, Benito Juárez García y Melchor Ocampo por órdenes de Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador de Veracruz y once ocasiones presidente de la república, alcanzaron para que Veracruz quedara con el premio al "Mejor Pueblo Mágico con raíces ancestrales".
Caray, tampoco el río Bobos con el turismo de aventura, ni la casa jarocha donde viviera exiliado Benito Juárez, ni el edificio Venustiano Carranza donde despachara, presidente exiliado, el barón de Cuatro Ciénegas, ni el Fuerte de Santiago, en el puerto de Veracruz desde donde la población defendiera a la nación ante la invasión extranjera, ni la "Cueva de Tía Chana" de Soledad de Doblado donde se escondió Santa Anna cuando fue perseguido ni los cerros de Orizaba desde donde el soldado Porfirio Díaz Mori combatió al ejército francés, vaya, ni siquiera, el Hotel Diligencias donde pernoctó el gran cronista y novelista Jack London durante la invasión de Estados Unidos, sirvieron para que en el Tianguis Turístico de Mérida otorgara a Veracruz el premio al "Mejor Estado para vivir experiencias originales".
Y/o el premio al "Mejor Destino de Aventura".
Cierto, cierto, cierto, aplausos, aplausos, hosanna, Veracruz quedó con cuatro premios.
Orizaba, mejor pueblo mágico de arquitectura sorprendente, y a quienes "tirios y troyanos" admiran el alto desarrollo turístico alcanzado, incluida la estatua a Porfirio Díaz Mori, el dictador de 33 años.
Coatepec, mejor destino para el Día de Muertos.
El Tajín, la Mejor experiencia turística en zona arqueológica.
Y Costa Esmeralda, la Mejor playa.
Mejor playa, caray, que las playas de Veracruz y Boca del Río y Los Tuxtlas, el paraíso que embrujara al director cinematográfico, Mel Gibson.
Pero cuando desde la 4T se exalta a la entidad jarocha (¡Oh "noche tibia y callada" de Agustín Lara) con el par de programitas estelares de "Veracruz se antoja" y "Veracruz me llena de orgullo", caray, mucho ruido y pocas nueces.
Era para arrasar...

EL TURISMO POPULAR, NUESTRO DESTINO

Con su "Veracruz se antoja", la secretaria de Turismo fue a España para promover, ajá, la tierra jarocha.
Y en la euforia y con la bilirrubina estremeciendo su cuerpo se puso a bailar "La bamba" y "El tilingo lingo" con un vasito sobre la cabeza ante empresarios y cabilderos turísticos.
Mucho tiempo después, se ignora el resultado concreto y específico, por ejemplo, con el número de turistas de España a Veracruz en el tiempo de la 4T.
Pero el destino turístico está cifrado desde los orígenes.
Somos un pueblo para el turismo de jícama, horchata, picadas y gordas, quizá un lecherito, y la famosa camarena... que consiste en dormir en la playa, sobre la arena, con la brisa del Golfo de México.
Nunca fuimos ni seremos como Acapulco, donde John F. Kennedy y Jacqueline pasaran la luna de miel, por ejemplo.
Ni tampoco Cancún, despegado desde cuando Luis Echeverría Álvarez y Carlos Hank González, el poderoso chamán del grupo Atlacomulco, del estado de México, invirtieran por allá.
Ni Los Cabos ni Huatulco, entre otros destinos turísticos.
Veracruz es para el turismo de la clase media media, media baja y baja.
Y quizá para uno que otro turista de clase alta, digamos, paseando en su yate en el Golfo de México y con pachangones orgiásticos.
Entonces, nada como explorar con imaginación de Estado y empresarial el turismo popular.
Más considerando que seis de cada diez mexicanos viven en la miseria, la pobreza, el desempleo y la jodidez, y quizá por ahí, y con un milagro, pudieran ahorrar centavitos para dormir en la playa, sobre la arena, frente al Golfo de México.
En el Tianguis Turístico de Mérida, las grandes ligas, cierto.
Y si en el Veracruz de la 4T "las mujeres pueden soñar" con todo y feminicidios, como dice el góber salsero, entonces, que los sueños turísticos tengan fundamento, los pies en el suelo.

GRAN PROMOTOR TURÍSTICO, AJAJÁ

Tan mal anda la política turística de la 4T que, por ejemplo, con todo y andar ocupado con el destape del alcalde panista de Cosamaloapan para la candidatura de MORENA a gobernador de Veracruz en el año 2024, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario General de Gobierno, se da espacio y tiempo para, digamos, promover el turismo.
Uno. El yate turístico en el Río Papaloapan, El Cuenqueño.
Dos. La guagua turística en el Papaloapan, El torito.
Tres. El beisbol en Otatitlán, su pueblo.
Cuatro. El bailongo en Chalcaltianguis.
Cinco. La exposición de caricaturas en Otatitlán.
Seis. Tomar el machete y la moruna para podar los camellones en las cabeceras municipales y ofrecer paisaje fresco y limpio a los locales y foráneos.
Ocho. "El acarreo" para su comparecencia en el Palacio Legislativo con motivo del III informe de gobierno.
Nueve. La excursión a Baja California para presentar su libro acompañado de diputados locales y reporteros.
Vamos a la mitad del camino sexenal y en la plaza comercial "El Dorado" en los límites de Boca del Río y Alvarado, la secretaría de Turismo abrió una tiendita de artesanías, anexas y conexas, y "ni las moscas se paran".