A la mitad del sexenio, cuando faltan dos años y medio para la candidatura a gobernador de Veracruz 2024/2030, la gallera política está alborotada en MORENA...más que en cualquier otro partido político.
Desde hace ratito, la alborotó el diputado federal y presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Unión, Sergio Gutiérrez Luna.
Se lanzó en precampaña política sin sacar el peine ni el diente.
Pero el fin de semana lo hizo.
Montón de morenistas, dijeron, lo destaparon como su favorito para candidato a la gubernatura.
Calambre político para Rocío Nahle García, secretaria de Energía, y quien estaba solita en el carril público.
Calambre para Éric Cisneros Burgos, secretario General de Gobierno, destapado como precandidato por el presidente municipal de Cosamaloapan, además, panista, y además, yunista, ajajá.
Calambre quizá para el alcalde electo de Xalapa, el morenista de todos los tiempos, Ricardo Ahued Bardahuil.
Calambre también, acaso, para el secretario de Educación, Zenyazen Escobar, quien la quiere.
Calambre, caray, para el primo incómodo, Eleazar Guerrero, subsecretario de Finanzas y Planeación, a quienes sus fans y feligreses miran ya, ya, ya, como sucesor de Cuitláhuac García, y hasta grupo político, Todo por Veracruz, ha formado.