con las suyas…Y, además, cínicos, porque las dicen como si nada creyendo que los ciudadanos de a pie les creemos…

ROMPEOLAS: Todos mentimos… Todos hijos de Pinocho… Se miente en la relación familiar y conyugal… Se miente en la oficina privada, la fábrica y el taller… Se miente en la oficina pública… Se miente a los amigos, conocidos y vecinos… Incluso, en el siglo pasado, las madres decían a los niños que estaban seguras de que mentían porque en las uñas de los dedos de la mano aparecían manchitas blancas… Y los niños, creíamos, como aquella otra versión de las madres cuando aseguraban que si llovía y hacía sol era porque la virgencita de Guadalupe se estaba bañando…

ARRECIFES: Más todavía, hasta los Ministros de Dios mienten… Mienten, por ejemplo, cuando dicen que si un niño, un adolescente, un joven, etcétera, se porta mal se irá al infierno, y si se porta bien, al cielo, y estará sentado al lado de Dios Padre en el paraíso… Pero, bueno, las mentiras más canijas de la historia vienen de los políticos cuando, y entre otras cositas, venden esperanzas (baratas y ramplonas) a la población electoral… Que ya reducimos, gritonean, el número de pobres… Que la violencia va para abajo… Que hay menos feminicidios… Que por fin se está acabando el desempleo… Los políticos merecen el Premio Nobel, el Oscar, de las Mentiras…

ESCOLLERAS: Las mentiras son, decía Anatole France, “la sal de la vida”… Claro, los novelistas también cantan bien las rancheras… Pero, bueno, es lícito, porque de antemano el lector sabe y está consciente de un mundo ficticio que suelen inventar… Pero que al mismo tiempo, vaya paradoja, permite soñar con mundos inaccesibles, ideales quizá, utópicos… “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, es un compendio insólito y maravilloso de mentiras y que siempre ha de considerarse eran contadas como verdades en Macondo…

PLAZOLETA: El poeta Efraín Huerta escribió un libro intitulado “México a través de las siglas”… Más interesante sería un libro con el nombre de “México a través de las mentiras”… Pero, bueno, otro escritor, Francisco Bulnes escribió el libro clásico “Las grandes mentiras de la historia” y en donde todos los héroes de la patria chica son descabezados, evidenciados, cuestionados, descobijados como mentirosos… Gran mentira, patraña, de Luis Echeverría Álvarez, José López
Portillo y Carlos Salinas de Gortari, soñándose líderes mundiales… Más todavía, porque en su tiempo fueron aclamados como mesías enviados por Ser Superior para salvar la tierra, casi casi Supermán y/o El Hombre Araña…

PALMERAS: La vida sin mentiras sería insípida… Sin sabor ni color… Sin gusto ni sonido… Pero al mismo tiempo, todos han de cuidarse contando mentiras creíbles… Bajando, incluso, varias rayitas a la bilirrubina… Incluso, hay una película intitulada “Adorable mentirosa” con la actriz francesa, Marina Vlady, quien se la pasa mintiendo como una forma de sobrevivencia… Ernest Hemingway decía que los mejores escritores son grandes mentirosos… Por eso quizá en aquella vieja escuela primaria el maestro de sexto año solía organizar el concurso anual de estudiantes Pinochos…