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Diario de un reportero
Sábado 20 noviembre, 2021

De Calígula a Cuitláhuac

Veracruz faraónico
•Gente VIP
•El III informe


DOMINGO
De Cuitláhuac a Calígula



El México priista, tiempo del esplendor y el resplandor, tiempo de Su Alteza Serenísima, tiempo del chamán, resucitó en Tlacotalpan el martes 16 de noviembre.
Fue en el III informe del góber jarocho de la 4T.
Desde la entrada triunfal al pueblo donde quiso nacer Agustín Lara y Gabriel García Márquez filmó el cuento “La viuda de Montiel” con Geraldine Chaplin, la hija de Charles Chaplin, en el yate turístico “El cuenqueño, hasta el paseíto en el pueblo trepados en la guaga “El torito” y en donde el góber repartió saludos apoteóticos, casi casi Maximiliano de Habsburgo, Agustín de Iturbide y Antonio López de Santa Anna.
Un momento imperial y faraónico fue, y entre otros, cuando el góber entró al teatro Netzahuálcoyotl (Cuitláhuac que se llama) en medio de vítores y aplausos, caminando por el pasillo central, repitiendo-->

Luis Velázquez

el mismo saludito que tanto caracterizara Fidel Herrera Beltrán.
La palma de la mano con los dedos extendidos descansando en el pecho, mejor dicho, en el lugar del corazón, dando a entender a los demás que lleva a todos, y con una sonrisa descomunal tamaño sandía en el mural de Diego Rivera.
Ninguna austeridad. Ninguna discreción. El incienso lloviendo desde las alturas. Hay días cuando me siento Dios aseguraba Calígula.

LUNES
José Mujica y Cuitláhuac

En el momento estelar cuando el góber jarocho entró al Teatro Netzahualcóyotl y cuando se miró un hombre pero se soñó, sintió y creyó un dios, el dios terrenal, el viejito del pueblo que mirada la transmisión televisiva en vivo se acordó del presidente de Uruguay, José Mújica, reconocido como el político más austero y discreto del mundo.
Por ejemplo, vivía en las goteras de Uruguay, y todos los días manejaba su Volkswagen viejito y sin escolta adelante ni atrás se trasladaba al palacio de gobierno.
En el camino, si se topaba con un vecino le daba el aventón.
Un día se topó con un perrito que rengueaba, atropellado por un camión urbano, se detuvo, le habló con cariño y lo subió a su cochecito y regresó a casa para pedir a su esposa, Senadora de la República, que lo cuidara y que lo adoptarían.
En las tardes solía cuidar el jardín de su casa, sembrado con flores, a las que podaba y regaba y les contaba historias.
En el teatro Netzahualcóyotl, el góber de la 4T habría sentido que levitaba y volaba al cielo como Remedios, la bella, en la novelística de Gabriel García Márquez.

MARTES
La Gente VIP

En el III informe, ciudadanos de primera en el interior del teatro. Bien acomodaditos en las butacas. La gente VIP, digamos, quizá, y sin duda, y en primera fila, los Morenos, las tribus guinda y marrón en el poder sexenal.
Todos, claro, de blanco, porque así fue la orden imperial. Igual, igualito, que la guayabera blanca, de manga larga, y el pantalón blanco, y los zapatos y calcetines blancos, y el sombrerito blanco, puestos de moda por Agustín Lara.
Y afuera del palacio, los ciudadanos de segunda, tercera y cuarta categoría o nivel. Todos, también, de blanco, para que nadie desentonara. Pero sentaditos debajo de una carpa gigantesca.
En Tlacotalpan, la tendencia nacional. La república amorosa, un país de clases y con clases. En el teatro, la gente VIP. Y debajo de las carpas, los hijos de Cantinflas y “El Palillo”.
Los blancos y blanquitos, lejos de la gente de color, los morenitos.
Yo soy indígena, dijo el góber a los indígenas de Soteapan cuando tomaron la presa Yuribia. Y todos mis hermanos son indígenas. Tienen nombres indígenas, les aclaró.
Yo, VIP. Ustedes, raza, pueblo, nacos (no narcos, claro).
A nadie, quizá, se le habría ocurrido, pero a los organizadores se les pasó comprar mariposas amarillas para soltarlas en el momento de los aplausos a rabiar.

MIÉRCOLES
Que el góber baila en palacio y solito

El reality-show faraónico fue bien planeado, quizá, por la secretaria de Turismo, aquella de “Veracruz se antoja” y “Veracruz me llena de orgullo”.
Por ejemplo, el góber jarocho y la comitiva desembarcaron en el yate “El cuenqueño” y treparon a “El torito”, una guagua para trasladarse en las calles al teatro.
Y, claro, en la guagua descubiertos, como tantos ex presidentes de la república en el siglo pasado cuando trepados en un automóvil descapotable paseaban en la Ciudad de México luego del informe para que el pueblo los mirara y admirara y vitoreara.
Las tribus en el poder, felices, dichosas y contentas. A un ladito de Cuitláhuac, en la guagua, Zenyazen Escobar, pendiente, vigilante.
Y si la cantaleta es la república amorosa y llevar una vida pública discreta y “vivir con la medianía del salario”, ni hablar, lo dijo López Obrador muchos años, “al diablo las instituciones”. Al diablo, pues, la austeridad republicana y franciscana.
En los pasillos del palacio de Xalapa cuentan que aburrido el góber de ejercer el poder ante tantos pendientes sociales, de pronto, en la oficina prende la televisión y coloca un video de parejas bailando y se pone a bailar solito, en el privado.
Bien lo escribieron por ahí. “Lo suyo, lo suyo, lo suyo es el baile”.
La frivolidad, pues. La vanidad.

JUEVES
Parafernalia del poder

En el ejercicio del poder son pocos los políticos y funcionarios públicos que conservan la serenidad, la prudencia, la mesura y la cordura ante el incienso que los suyos tiran a su paso.
Por ejemplo, para el grueso de los políticos resulta difícil marcar la raya de la frívola vanidad cuando todos los días, el ejército de subalternos (funcionarios del gabinete legal y ampliado, las secretarias ejecutivas, los escoltas y choferes, los amigos, socios, aliados y cómplices, la familia y las amantes) lisonjean al jefe máximo.
Dios, el góber jarocho de la 4T, en Tlacotalpan.
La famosa frasecita de “A sus órdenes, Señor”, “A sus pies, jefe”, en la cresta más elevada del poder.
El pueblo selecto, a sus pies.
Pocos, excepcionales mortales, resisten la parafernalia del poder.

VIERNES
El Veracruz imperial

El Veracruz de Tlacotalpan y el Veracruz del millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de paisanos en la miseria, la pobreza y la jodidez.
El Veracruz de Tlacotalpan, anexos, conexos y derivados, y el Veracruz en el segundo lugar nacional en feminicidios, con todo y que el góber de la 4T asegurara que aquí, en el Estado jarocho, “las mujeres pueden soñar y realizarse de manera libre”.
El Veracruz paseando las elites políticas en carrito descubierto en calles de Tlacotalpan y el Veracruz oliendo a pólvora y sangre.
Y, claro, el Veracruz donde los niños indígenas caminan horas con el morralito con útiles escolares al hombro para llegar al salón de clases más cercano.
El Veracruz alardeando de resultados y el Veracruz con 21 Colectivos, integrados con padres con hijos desaparecidos…, unos 5 mil que dice el Colectivo Madres en Busca, de Coatzacoalcos.
El México imperial y faraónico del priismo, reproducido en Tlacotalpan el martes 16 de noviembre.


1 comentario(s)

Nieves Sánchez Gomez 20 Nov, 2021 - 16:08
EXCELENTE MAESTRO,Mi Admiración, Respeto y Profundo Afecto

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