Camaleones en el PVEM
Seis días después de que el PVEM (Javier Herrera Borunda y Carlos Marcelo Ruiz Sánchez) convocaron a los militantes a la "lealtad partidista", una presidenta municipal, de Totutla, se les salió del huacal. Ella renunció al partido verde y sin rubor ni pudor, se fue con MORENA.
Luego, siguió el alcalde electo de Medellín, Marcos Isleño.
Luis Velázquez
Incluso, el coordinador estatal de MORENA, Esteban Ramírez Zepeta, llegó al pueblo para la transformación camaleónica de "El mango petacón" como en su momento se dio a conocer Isleño bamboleándose en un carro alegórico del carnaval pueblerino.
Los dos verdes siguieron la vorágine partidista de los 7 diputados locales de partidos opositores renunciantes para afiliarse a MORENA, el partidazo en el poder.
El viejito del barrio, quien ha cumplido ochenta años y ha vivido lo suficiente, profetiza que más legisladores y más alcaldes seguirán migrando al partido guinda y marrón.
Lo hace basado en la frase bíblica, memorable y citable del tuxpeño César "El tlacuache" Garizurieta, para quien "vivir fuera del presupuesto era vivir en el error".
Y el día, caray, cuando quedó fuera del erario decidió quitarse la vida, congruente con su estilo personal de ser, estar, trascender y vivir.
Según Javier Herrera y Marcelo Ruiz, los ediles del PVEM en Veracruz tienen "autoridad moral y política".
Claro, hoy, la autoridad moral es migrar de un partido a otro como trapecistas de circo aldeano y pueblerino, como chimpancé, como ardillitas de una rama a otra y de un árbol a otro.
Quizá, puras cacayacas del par de dirigentes.
Más cuando dijeron que el PVEM es leal a López Obrador, el presidente, y al góber jarocho fifí, salsero, catrinero y machetero.
Y, bueno, si ellos hablaron de autonomía, la autonomía significa el ejercicio pleno de la libertad para ser y hacer.
Y cuando los alcaldes electos de Totutla y Medellín decidieron migrar... pues que le vaya bien.
Incluso, Marcos Isleño bien pudiera considerarse un torniquete para el diputado local, y de MORENA, Magdaleno Rosales Torales, tan irreverente a Éric Patrocinio Cisneros Burgos.
Y si otros más desean seguir su paso, bendito el chamán.
Incluso, si el PVEM tenía 31 (treinta y un) alcaldes y el secretario de Gobierno le quitara unos diez, más, le quedarían unos veinte, suficientes para hacer sentir el peso con peso.
El hijo de Fidel Herrera Beltrán, toda una leyenda política en la república, habló, incluso, en la junta cumbre con los verdes, de "la construcción de un dique de protección para las tempestades y los ataques"... para que el PVEM siga creciendo.
Seis días después, la fortaleza del dique quedó demostrada. Es un dique más frágil que el muro de Berlín destruido a hachazo limpio.
En todo caso, más versátil resultó el gurú Manuel Velasco Coello, quien como gobernador de Chiapas fue senador de la República al mismo tiempo, teniendo buena vibra y mejor empatía con López Obrador.
Por eso, quizá, la conversión camaleónica en Totutla y Medellín.
"AMOR, JUSTICIA Y LIBERTAD"
El PVEM alardea del crecimiento exponencial en Veracruz en los últimos ocho años. Pero mientras tanto, MORENA les metió par de jonrones. Y el juego político sigue pues tiene por delante, tres años más.
Hacia el año 2013, cuando Javier Herrera Borunda se volvió verde, el partido gobernaba en una sola alcaldía de las 213 con tres regidores y ningún diputado local y federal.
Ahora, se ufanan de tener treinta alcaldes, más unos setenta puestos edilicios entre síndicos y regidores.
Más par de diputadas locales (Citlalli Medellín y Tania María Cruz Mejía) y cuatro diputados federales.
Pero como el lema de ellos es "amor, justicia y libertad", los ediles electos se fueron ejerciendo a profundidad el amor por MORENA y la libertad.
Y, bueno, el concepto de justicia es muy frágil y cada persona, cada ciudadano de a pie, tiene un cristal diferente desde donde la aplica.
Y como entre el senador Manuel Velasco hay buena vibra y mejor karma con López Obrador, entonces, por añadidura, se está dando o estaría dando entre Javier Herrera y Cuitláhuac García.
La realidad avasallante es una sola: lo que en las urnas pueden ganar, más, mucho más provecho les daría abrir la puerta para la migración a MORENA.
EL CABALLO DE TROYA
Cinco formas de mirar los hechos verdes:
Una.
Con Javier Herrera Borunda en el PVEM, otros priistas lo siguieron. Entre ellos, los priistas Carolina Gudiño Corro y Alberto Silva Ramos, ambos ex presidentes municipales y ex diputados federal. Digamos, atrás del legítimo derecho de sangre fidelista.
Dos.
Totutla y Medellín son municipios sencillos y modestos. Pero indicativos. En nombre del municipio libre, la entrega a MORENA. Claro, señal de la operación que bien pudiera llamarse "El caballo de Troya", en el siglo XXI jarocho. La Ruptura, pues. La Magnum, disparando. El botón nuclear de MORENA a los partidos opositores.
Avilones en MORENA.
Tres.
Quizá, la fuga de los alcaldes un valor entendido. Más que una cuarteadura al PVEM, los ediles redimiéndose a sí misma con el partido en el poder, MORENA, y al servicio del tlatoani mayor.
Cuatro.
La migración política siempre ha existido. Es vieja, antigua, milenaria, bíblica. Y nada pasa. Más allá, claro, lógico, obvio, de los gritos de traidores, tránsfugas del poder, Judas.
Y cinco.
Lo más importante, en todo caso, es "ordeñar la vaca" y "meter la mano al cajón".
Y porfis, que nadie se inmole en la mesa de los sacrificios del palenque público.
En la política, dice el historiador de la aldea, la traición es parte sustancial.