Pastel Legislativo
•Reparto de Comisiones
•Efecto Anilú
EMBARCADERO: La mitad de los diputados locales y la otra mitad están sorprendidos con las canonjías y privilegios a la bancada del PRI en la LXVI Legislatura.
Apenas son tres diputados y luego de la negociación con el bonachón y cantante de cumbias y promotor de los tenis de 300 pesos, el Señor de los Panam, Juan Javier Gómez Cazarín, se quedaron con dos presidencias de Comisiones y hasta incluidos en la Comisión de Vigilancia, encargada, entre otras cositas, de fiscalizar el gasto público.
Luis Velázquez
Y fiscalizar, en el lenguaje contable y político significa negociar y volver a negociar en lo oscurito la rendición de cuentas de los presidentes municipales y el gobierno del Estado.
ROMPEOLAS: El reportero Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso, estuvo pendiente en el Congreso el día del reparto de las comisiones.
Cuenta, por ejemplo, que la diputada local, y por segunda ocasión, Anilú Ingram, se encerró durante una hora, aprox. con Gómez Cazarín, y luego salió sonriente, sonrisa tamaño sandía tipo Diego Rivera, feliz, dichosa, satisfecha.
Primero, la presidencia de una Comisión para ella. Luego, otra presidencia para el líder del CDE del PRI, elegido diputado local pluri por AutoDedazo.
Y la Comisión de Vigilancia como vocal.
ARRECIFES: En tanto, el diputado local del PAN, Othón Hernández, se encerró una hora y media con Gómez Cazarín.
Y salió echando chispas, molesto, irritado, emputado como dice Noé.
Todo porque únicamente le dieron nomás por no dejar las comisiones de Ciencia y Tecnología, fomento a la Inversión, límites territoriales y protección a periodistas.
Comisiones, inofensivas, digamos.
Y es que mientras en el PRI son tres diputados locales, en el PAN nueve.
Entonces, la desproporción resulta indicativa y significativa.
Pero, bueno, como decía el profesor y licenciado y contador, José Luis Lobato Campos, quien en paz descanse, nunca es igual que de pronto como jefe toques el timbre y entre a tu oficina un hombre como secretario particular a que entre una mujer, bien arregladita, fina, finita, elegante, con una sonrisita medio coqueta.
ESCOLLERAS: “El carón”, como le llaman en su pueblo, Hueyapan de Ocampo, se ganó la vida vendiendo automóviles en abonos en el sur de Veracruz.
Pero su ángel de la guarda es eficiente y mejor operador y de pronto, su vocación social lo encumbró en MORENA, militante de izquierda que es.
Incluso, “en la plenitud del pinche poder”, lo mismo impuso a su padre como presidente municipal que ponía a los reporteros a cargar bultos de cemento en donación social a cambio del embute.
Ahora, diputado local reelecto, y jefe máximo que será otra vez de la Junta de Coordinación Política, JUCOPO, y que maneja el billete, se encerró con los coordinadores de las bancadas partidistas en el Congreso local y repartió las mieles del poder.
Además, operando, porque por lo pronto, 7 diputados locales de otros partidos ya migraron a MORENA.
PLAZOLETA: Prontito, sin duda, aplicará la cuchilla a uno que otro diputado de MORENA coqueteando con la oposición.
Y la oposición hacia dentro de MORENA, la 4T y la purificación moral de Veracruz.
Por ejemplo, al ex priista Fernando Arteaga Aponte y Jessica Ramírez, de quienes se afirma están ya, ya, ya, en la cancha del diputado federal y presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Unión, Sergio Gutiérrez Luna, quien sigue alborotando el gallinero para quedarse con la candidatura de MORENA a Senador de la República en el año 2024.
Más porque ambos son del sur y “la cuña para que apriete ha de ser del mismo palo” que dice el viejito del barrio.