Sus nombres constituyen un plus superior. Y en Veracruz, y salvada toda proporción, entre otros, por ejemplo, y con luz propia en sus momentos estelares, los siguientes:
Manuel Carbonell de la Hoz, subsecretario General de Gobierno con don Rafael Murillo Vidal.
72 horas duró como candidato del PRI a gobernador. Incluso, con el visto bueno y el dedazo del presidente Luis Echeverría Álvarez y Murillo Vidal.
Pero bastó una declaración de Jesús Reyes Heroles, presidente del CEN del PRI, para tumbarlo.
Cayó Carbonell. Y semanas después también cayó Reyes Heroles, aun cuando el sucesor de Echeverría, José López Portillo, lo ungió secretario de Gobernación.

DOS. 40 tazas de café al día

Mario Vargas Saldaña. Exalcalde de Veracruz, 4 veces diputado federal. Operador político del PRI actuando en las sombras y desde las sombras.
Estuvo en la antesala de la candidatura a gobernador, pero Rafael Hernández Ochoa le ganó la jugada.
Todos los días tomaba unas cuarenta tazas de café negro haciendo grilla, la mayor parte de las veces, con reporteros de la fuente política. Era su invencible fortaleza y que ningún otro político de la época pudo tener.
Su amistad “a prueba de bomba” con el columnista político más importante del siglo pasado como fue Ángel Trinidad Ferreira, Frentes Políticos, en el Excélsior de don Julio Scherer García, su compadre.

TRES. 72 horas como rector de la U.V.

Juan Maldonado Pereda, presidente municipal de Veracruz, 4 veces diputado federal. Secretario General de Gobierno en la Ciudad de México con el salinista Ramón Aguirre Velázquez. Subsecretario de Gobierno y secretario de Educación en Veracruz.
Su luz propia fue calibrada cuando el góber Rafael Murillo Vidal lo nombró Rector de la Universidad Veracruzana y como Carbonell sentía que desde ahí podía quedarse con la candidatura a gobernador, le armó tremenda grilla y únicamente duró 72 horas en el cargo y ni siquiera, vaya, pudo tomar posesión.

CUATRO. Electrizar con la mirada

Fernando López Arias, igual que Fernando Gutiérrez Barrios, electrizaban con la mirada.
Políticos volcánicos. Bastaba su presencia, sin hablar, para imponerse. Además, con profundo, inalterable respeto.
López Arias, encarcelando a Demetrio Vallejos y David Alfaro Siqueiros como Procurador de Justicia de la Nación.
Gutiérrez Barrios, operando en la guerra sucia en los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.

CINCO. Inteligencia incandescente

Mucha luz propia de Fidel Herrera Beltrán. Inteligencia y talento incandescente. Senador de la República, caminaba cada fin de semana con bajo perfil de norte a sur y de este a oeste de Veracruz para quedarse con la candidatura a gobernador.
Y la ganó.
Es más, el panista Gerardo Buganza Salmerón impugnó su triunfo en el tribunal electoral. Y una o dos semanas antes de tomar posesión emitió el dictamen a favor de Fidel, operador electoral que había sido de Carlos Salinas en 1988.

SEIS. “La caballada está flaca”

Fueron y son mentes brillantes de la vida pública. Claro, méritos incandescentes, entre otros, de Agustín Lara, Toña la Negra, Luis “El pirata” Fuentes y César “El tlacuache” Garizurieta, aquel de que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Hoy, por desgracia, “la caballada (de Veracruz) está flaca”, demasiada flaca. Apenas, apenitas, simples charales robaleando “en el mar proceloso de la política”.