Y es que desde que partió de Otatitlán a Baja California, su tierra adoptiva, ningún día pasó, digamos, en el exilio, sin acordarse de su pueblo y jurarse y perjurarse que llevaría la civilización.

PASAMANOS: Pero sin mayor esfuerzo, el rostro de Veracruz ha sido cambiado desde hace un ratito.
Por ejemplo, uno de los primeros lugares nacionales en feminicidio, y por añadidura, de la impunidad, porque entre más libres sigan los homicidas físicos e intelectuales de las mujeres, más los asesinos crecen al castigo, conscientes y seguros de que “aquí no pasa nada”.
Hacia la mitad del sexenio guinda y marrón, “el rostro de Veracruz” siguió transformándose con los 4 reporteros asesinados en los últimos casi tres años, a tal grado que ONG de reporteros del mundo continúa ubicando a Veracruz como “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Y el peor porque la mayoría de los 34 (treinta y cuatro) reporteros asesinados en los últimos 23 años están impunes, quizá porque los criminales volaron al cielo como Remedios la bella en la novelística de Gabriel García Márquez.

CORREDORES: “El rostro de Veracruz” también sigue mudando con las ocurrencias de la secretaría de Desarrollo Económico, SEDECO, y el alcalde morenista de Xalapa de organizar tianguis de higos, mangos y pambazos para mejorar la economía regional en una entidad jarocha donde el desempleo causa los peores estragos de la historia.

BALCONES: Y ni se diga “el rostro de Veracruz” cambiado con la disputa de los carteles y cartelitos por la jugosa plaza Veracruz a partir de la autopista del sur al norte, los tres puertos marítimos para la carga y descarga de droga, las pistas clandestinas y las policías aliadas con la delincuencia organizada y común.
Pero más aún, porque aquí, de norte a sur y de este a oeste, parecieran tener los mejores vientos a su favor, a tal grado que hasta el paisaje urbano, suburbano y rural han cambiado con el tiradero de cadáveres por todos lados.

PASILLOS: Las anteriores tribus gobernantes dejaron un Veracruz con 600 mil personas de 14 años de edad analfabetas. Un millón de paisanos con la escuela primaria inconclusa. Otro millón, con la secundaria a medias. Y 600 mil con el bachillerato incompleto, y lo que en conjunta expresa un Estado poblado de analfabetas.
Y aun cuando se trata de una herencia histórica de priistas y panistas, más de priistas, tres años después de la 4T ejerciendo el poder, la estadística del analfabetismo sigue igual. Quizá, quizá, quizá, por ahí, uno que otro analfabeto que ya aprendió a leer y escribir para, digamos, “tapar el ojo al macho”.

VENTANAS: El eslogan de “juntos transformamos el rostro de Veracruz” solo sirve para darse “golpes de pecho” y “curarse en salud” e inmolarse en la plaza pública.
En todo caso, nadie dudaría en asegurar que el secretario General de Gobierno es, puede ser, sería, el mejor presidente municipal de Otatitlán en toda su historia, por encima, muy lejos, de lo que Guillermo Parroquín Barrera y Óscar Aguirre, originarios del pueblo, hicieron por su grandeza social.