El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ocupó la mitad de su conferencia mañanera en el Museo Naval del Cuatro Veces Heroico Puerto de Veracruz para “atacar” al Partido Acción Nacional (PAN), dejando de lado en sus críticas al Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quien dejó de llamarle la “mafia del poder” para referirse a los priistas como legisladores que viven un “momento histórico” en donde pueden dejar de lado -dijo- el salinismo para volverse -insistió- como discípulos de Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos.

En dicha mañanera, López Obrador también ocupó gran parte de su turno en el micrófono, para arremeter, sin mencionarlos por su nombre, en contra de la familia Yunes: El exgobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, el excandidato al gobierno estatal, Miguel Ángel Yunes Márquez y el actual alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez. Apenas y se olvidó (o no lo enteraron) que la alcaldesa electa del Puerto de Veracruz, Patricia Lobeira de Yunes, también pertenece a la familia,
“¿Qué diferencia había entre un partido y otro si los que dominaron en Veracruz hasta hace poco venían de lo peor del PRI? Hasta que la gente dijo basta; al pueblo se le puede engañar una vez, dos veces, pero no toda la vida” expuso López Obrador sin reparar en que la ciudad donde se encontraba dando la mañanera aún sigue gobernando la familia Yunes.

López Obrador aún no olvida aquellas afrentas del 2018 y del 2016, cuando en plena campaña gubernamental a Veracruz y presidencial, el entonces candidato a gobernador y luego gobernador y su hijo no lo bajaban de “viejo loco” y “viejo guango”.
Hoy, López Obrador en la investidura presidencial llama “rufianes” a sus adversarios políticos: “Veracruz ya no le aplaude a rufianes, se acabó con esa pesadilla, fue un mal momento el que se vivió”.

Acompañado del gobernador, Cuitláhuac García, y de mandos navales y militares, López Obrador apenas se dio tiempo para responder sólo tres preguntas. Una de ellas realizada por el medio preferido del gobernador García, Al Calor Político, quien ya tenía desde un día antes la pregunta que le debían de hacer al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas: “Las irregularidades en la Torre Centro de Veracruz”.

Y desde ahí, con un swing suave y con López Obrador con bat al hombro bateo la pelota hacía sus adversarios políticos: “Ahí se los dejó de tarea, en Veracruz dominaron quienes venían del PRI, ahí desde el PAN” insistió un par de veces.

“Acuérdense que el PAN apoyó el proyecto de Salinas de privatizar bancos, empresas públicas y avanzaron en el proyecto de privatizar hidrocarburos y la energía eléctrica”.

En su letanía y en su discurso presidencial recurrente, Andrés Manuel López ya dejó de lado los misiles en contra del PRI, aquella retahíla de “la mafia del poder” y los “rateros profesionales” y los “coyotes de los programas sociales” quedó atrás. “Coqueteando” con el PRI y a quienes quiere de aliados en el Congreso de la Unión ha tendido ahora una “cortina de humo” en donde sus principales adversarios son los del Partido Acción Nacional.

“Muchos votaban por el PAN, sin saber que se trataba de un partido que defendía los intereses de los potentados y ya no hay simulación, aquí ya no hay para dónde hacerse, como decía Juan Álvarez, esta ancheta está muy angosta, no hay para dónde hacerse”.
En esa virulencia desbordada hacía el PAN, López Obrador pidió disculpas por “repetir y repetir”, al asegurar que su labor es pedagógica.

“Ofrezco disculpas, porque un escritor no tiene que caer en lugares comunes. Hace falta que se den los cambios en favor de la gente, por eso está reforma eléctrica de lo que descompuso el PAN”.

López Obrador señaló que es necesario cuidar la historia que aglutinan los centros históricos del país, principalmente uno con tanta riqueza como la del Puerto de Veracruz, por lo que fustigó que hay una torre moderna en construcción que pretende opacar al Faro Venustiano Carranza, al propio Fuerte de San Juan de Ulúa y al Malecón de Veracruz, razón por la que hizo un llamado al Poder Judicial de la Federación a que tome cartas en el asunto.

“¿Cuanta historia hay aquí? y de repente estos (los conservadores) que ni saben la importancia de la historia de Veracruz, nada más piensan en el negocio y hacer un edificio que afecta toda la arquitectura colonial y toda la arquitectura porfirista y se le da permiso por influyentismo a una empresa, para construir un edificio feo, horrendo”.

Para refrendar la postura presidencial, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez aseguró que la construcción de la llamada Torre Centro Veracruz está en la completa ilegalidad, pues sus dueños lograron permisos municipales con Protección Civil y Medio Ambiente con un cúmulo de irregularidades.

“Se hizo la clausura, promovieron un amparo. Uno de los inversionistas es familiar del juez con el que recurrieron al amparo, les dieron un amparo provisional, pero no definitivo. Se tiene que llegar a un acuerdo (sic) que cumpla con los permisos originales, el permiso original era de no más de diez pisos, me parece seis (van casi 25 pisos en construcción). Unos días antes que entraran los nuevos gobiernos promovieron toda la documentación”.

En una de las mañaneras más cortas en lo que va de este sexenio (apenas una hora con 20 minutos), Andrés Manuel se disculpó con la prensa, pero reparó en que lo estaban esperando unos “tirados” (platillo tradicional veracruzano hecho a base de huevo, frijoles y salsa), una canilla (pan dulce) y un café con leche, invitados -dijo- por el almirante del Museo Naval del Puerto de Veracruz.