Tiempo aquel de las dictaduras militares, entre otras, las más cruentas, Fulgencio Batista en Cuba, Anastacio Somoza en Nicaragua y Jorge Videla en Argentina…

ROMPEOLAS: Zambullirse en las 248 páginas en la edición de Alianza Editorial es como un viaje al infierno… Más, porque la historia de otras latitudes geográficas reproduce la misma tragedia dura y ruda, que por ahora se vive en México y en Veracruz, por añadidura, y sin militares golpistas… Familiares, amigos, vecinos, conocidos, desaparecidos de pronto y tiempo después arrojados sus cadáveres en despoblado… Los soldados al servicio de los dictadores secuestrando a las personas incómodas e indeseables y sus casas y ejecutados en la noche o la madrugada… Y, caray, el silencio atroz de la mayor parte de la prensa…

ARRECIFES: De principio a fin, Galeano cuenta las historias en primera persona… De hecho, como si fuera el protagonista… O en todo caso, testigo de montón de relatos inusitados, arrancados de un libro de terror y de pánico… Y, bueno, narrar en primera persona hace más íntimo el texto, porque hasta las peores cosas de la vida las cuenta de una forma bella y que constituye una de las grandes virtudes de un escritor…

ESCOLLERAS: Galeano pertenece a la estirpe de los grandes escritores del continente… Martín Caparrós es, hoy, quizá, el más conocido y leído en el mundo… Y si Galeano publicó “Las venas abierta de América Latina”, ahora, Caparrós acaba de publicar o está por una nueva versión ajustada al siglo XXI… Se llama “Mi América”, el mismo recorrido de Galeano por todos los países de América Latina… Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, es el otro gran referente, también periodista… En el siglo pasado, Carlos Fuentes Macías, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Alejo Carpentier, entre otros… Ellos convirtieron el periodismo en literatura y la literatura en periodismo…

PLAZOLETA: En “Días y noches de amor y de guerra”, Galeano cuenta parte de su historia reporteril… A los 14 años inició como caricaturista en un semanario en Uruguay… Adulto, trabajó y dirigió la revista Crisis, pero la dictadura militar la desapareció… Incluso, los generales le enviaron a un soldado para decirle que estaba en la lista de la muerte y que por ahora huyera, pero si lo
volvían a encontrar, lo secuestrarían… Tiempo aquel cuando con otros apostó al exilio voluntario, huyendo de nación en nación para sobrevivir…

PALMERAS: Muchas páginas describen las más espantosas torturas a que los militares sometían a los disidentes, adversarios, contestatarios, críticos, opositores y enemigos… Incluso, si el hombre de una familia huía en tiempo y forma cuando los soldados llegaban a su casa, entonces, simplemente, se llevaban a la esposa y los hijos como gancho para que se entregara… Una mujer tenía un escapulario y como el marido había huido, entonces, un soldado le pegó un tiro en el escapulario, burlándose… Días en que los militares, por ejemplo, agarraban a un niño recién nacido y lo partían en dos de un extremo a otro del cuerpo en línea recta… El libro es un viaje al peor infierno de América Latina…