públicos, menos ex presidente de la república, maestro de la UNAM, Federico “mantiene su vida alejada del ruido” público, pero desde su casa en Tepoztlán, Morelos, continúa empujando la carreta con la computadora.

DOS. Siempre hay alguien mejor…

Cada persona tiene un concepto de la humildad. Pero en términos generales consiste en llevar una vida común y sencilla por más y más deslumbrante que se tuviera, partiendo de un eje universal.
En la vida, siempre hay y habrá una persona mucho mejor que uno en todos los órdenes.
Por ejemplo, encima de John Dos Passos, Francis Scott Fitzgerald y William Faulkner, en Estados Unidos, Ernest Hemingway fue mejor.
En el libro, Figura de papel, la actriz Rita Macedo dice a su esposo, el escritor Carlos Fuentes Macías: “Nunca escribirás como Gabriel García Márquez”.

TRES. Reporteros excepcionales

En el siglo pasado, par de reporteros entraron a la historia nacional del periodismo con su columna “Frentes Políticos”.
Uno, Ángel Trinidad Ferreira, y dos, Francisco Cárdenas Cruz.
El primero, originario de Alvarado, y el segundo, de Coatzacoalcos.
Nadie por encima de ellos.
Fue el mismo caso de los dos mil reporteros que iniciaron la cobertura del caso Watergate en Estados Unidos y terminara con la renuncia de Richard Nixon como presidente de la república en la segunda vuelta.
Bob Woodward y Carl Bernstein, de The Washington Post, fueron, y son, los más famosos.

CUATRO. Modestia y sencillez

Por eso, nada mejor como la humildad, la modestia, la sencillez, caminar en la vida con bajo perfil, discretos, sin alharacas ni menos sentirse la última botella con agua en el desierto, la sexta maravilla del mundo.
Entre más humildad en la forma de ser y actuar, mayor trascendencia social, si se considera que por lo regular, los famosos necesitan como una droga el incienso y las candilejas a su paso.

CINCO. 15 minutos de fama

Unos filósofos dicen que la humildad consiste en reconocer cada uno lo que en realidad es, pues de lo contrario, se cae en una falsa modestia.
Cuestión de enfoques, pero cuando la persona con poder y sin poder, llena de grandeza, se vuelve soberbia y mesiánica, altiva y gallarda, entonces, nada mejor que alejarse por completo, vaya a ser que nos pase lo que a la esposa de Lot cuando huyendo de Sodoma y Gomorra se le ocurrió voltear para atrás y quedó petrificada como estatua de sal.
Con todo, Wharol decía que los seres humanos necesitamos quince minutos de fama, aun cuando, claro, hay quienes requieren la fama durante mayor número de años.

SEIS. Cada uno con su misión apostólica

Nadie desea predicar en “La mañanera” sobre la humildad. Menos, treparse al púlpito para la homilía.
Pero como Federico Reyes Heroles inicia su último libro hablando de la humildad, entonces, quizá la referencia valdría la pena.
Hace más de dos mil años, Jesucristo predicó la humildad con el ejemplo. Más, actuando ante los fariseos, aun cuando a los 12 años de edad agarró el chirrión y a latigazos lanzó a los fariseos del templo convertido en un mercado popular.
En medio de la humildad, defendió con ardor y pasión el templo del padre celestial. Cada uno a lo suyo en su misión apostólica en la vida.