Estaba reciente la matanza del 10 de junio de 1971, con Luis Echeverría Álvarez presidente.
Y reciente la masacre del dos de octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco durante el movimiento estudiantil.
Entonces, Echeverría creyó que los 300 mil jóvenes caminarían de Avándaro al Zócalo de la Ciudad de México para entrar a Palacio Nacional.

DOS. Tiempo de la minifalda

Desde entonces ningún episodio musical, social, político, incluso religioso, ha concitado a 300 mil jóvenes un fin de semana.
De hecho, era el tiempo de la minifalda, la cabellera larga, la droga, las parejas en el ejercicio pleno de la libertad sexual, los tríos incluso.
Una preciosísima chica de unos 20 años de edad, harta de que los chicos miraran sus senos exuberantes, subió de pronto al estrado y al ritmo del rock fue contoneando el cuerpo y enloqueció a todos.
Pero más, mucho más los enloqueció cuando de pronto quedó desnuda en el estrado y siguió bailando.
La apoteosis y la adoración al cuerpo bello, bellísimo.

TRES. Represión rockera

Después de Avándaro, la represión contra el rock. Por ejemplo:
Las casas disqueras se negaban a grabar discos con grupos musicales de rock.
La secretaría de Gobernación prohibió a las estaciones de radio transmitir canciones y programas de rock.
Incluso, prohibieron a los medios publicar revistas y artículos sobre rock y hasta desaparecieron las secciones musicales en los medios.
Y ni se diga la prohibición en fiestas familiares o vecinales con rock.
Muchos, muchísimos conjuntos de rock partieron a Estados Unidos y nunca volvieron.

CUATRO. Echeverría, aterrorizado

Vivía Luis Echeverría Álvarez en la sicosis. Siempre fue inculpado del 68 y del diez de junio.
Tiempo de la represión con la llamada guerra sucia y en donde el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, muchos años después gobernador de Veracruz, tuvo papel estelar con sus huestes policiacas.
Los chicos estaban ansiosos, urgidos, necesitados del ejercicio pleno de la libertad.

CINCO. Chicos en la guerrilla

En aquel tiempo, luego del 68 y de “Los halcones” en la Ciudad de México, montón de muchachos se fueron a la guerrilla.
La más famosa, la Liga 20 de septiembre, aquella donde militara el hijo de la señora Rosario Ibarra de Piedra, varias veces candidata presidencial años después y que fuera desaparecido y nunca encontrado… por más y más inconformidad y protesta social de las activistas, encabezadas por su señora madre.
Capítulos oscuros y negros en la historia nacional, igual, igualito, digamos, cuando las dictaduras militares en América Latina.
Anastacio Somoza en Nicaragua. Fulgencio Batista en Cuba. Jorge Videla en Argentina. Alfredo Stroessner en Paraguay. Rafael Leónides Trujillo en la República Dominicana. Juan María Bordaberry en Uruguay. Hugo Banzer Suárez, René Barrientos y Alfredo Ovando en Bolivia. Augusto Pinochet en Chile.

SEIS. Amor y paz

Hace 50 años, tiempo de la dictadura priista, trescientos mil jóvenes llegaron solitos, cubriéndose sus gastos y de aventón, a Avándaro para ejercer su libertad y dignidad.
Ninguno “acarreado”.
Durante dos días, sábado y domingo, estuvieron juntos escuchando y cantando y tocando rock, sin ningún disturbio, sin ningún pleito entre ellos, casi casi como el histórico lema de los hippies de “Amor y paz”.
Mejor dicho, “amaos los unos a los otros” como predica el señor de “Las mañaneras”.