PASAMANOS: Los Colectivos significan la victoria de la esperanza. Viven para esperar. Pero también, para creer.
Las madres, por ejemplo, seguras de que encontrarán a sus hijos. Vivos, la mayor esperanza. Pero también, muertos. Sepultados en alguna fosa para darles cristiana sepultura. Pero más todavía, para tener un lugar, un espacio, en el cementerio, donde llevarlos flores y veladoras.
Esperar y creer son el par de verbos del idioma que sostienen sus vidas y las animan y reaniman cada día y cada noche cuando, digamos, se sientan en la recámara donde el hijo vivía y lo recuerdan con tristeza, cariño, amor y nostalgia… en un Estado de Derecho incapaz de garantizar la seguridad en la vida de las personas.

CORREDORES: Los Colectivos viven para tener fe… por más vientos huracanados enfrente.
La mala hora los sigue. El peor tiempo de las vacas flacas. Las sombras y la incertidumbre como compañeras inevitables.
Pero al mismo tiempo, empujando la carreta cargada de esperanzas.
Lo peor, ya se sabe, es cruzarse de brazos.
Más, mucho más cuando el Estado está ocupado en otros menesteres, pendientes, más que sociales, políticos, cien por ciento políticos como, por ejemplo, la revocación del mandato cuando, caray, todo mundo sabe el resultado electoral.

BALCONES: La búsqueda frenética de los hijos inició en Veracruz en el sexenio de Javier Duarte, el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por otros delitos, en ningún momento por la desaparición forzada de cientos de habitantes de la tierra jarocha.
Desde entonces, impresionante las madres, sobre todo, de familias, integradas en Colectivos para rastrear la pista de sus hijos en cárceles, grupos de AA, centros de asistencia y en fosas.
Veracruz, el más grande fosario del país.
En Veracruz, intituló un reportaje el periódico El País, hay más fosas clandestinas que municipios.

PASILLOS: Admirable y respetable cien por ciento la resistencia de los Colectivos que “llueve, truene o relampaguee” siguen apostando a la esperanza.
Y la esperanza pulida y vuelta a pulir en la cancha pública del desencanto y el desánimo.
Nadie como ellas decididas a luchar y seguir luchando y más cuando continúan apareciendo más fosas.
En el duartazgo (un estado de ánimo para definir el hartazgo de la población electoral), las fosas de Colinas de Santa Fe significaron las más famosas del continente.
Ahora, son las fosas de Campo Grande, en Ixtaczoquitlán, allí donde los policías desaparecieron 7 comerciantes de Ciudad Mendoza y en donde la fama pública registra que policías y políticos están aliados con los malandros y allí donde fue asesinado el reportero Jacinto Romero Flores el 19 de agosto del año que camina.

VENTANAS: Los Colectivos son la esperanza y la fe y la resistencia.
Una mujer sola luchando pocas esperanzas tiene. Pero un montón de mujeres juntas anidan todas las posibilidades de la vida adversa.
Por eso se les admira y respeta. Y por eso los ciudadanos de a pie hemos de estar con ellas y, si fuera posible, unirse con acciones específicas y que mucho necesitan.