le llamaban adversarios y enemigos.
La vieja guardia roja en Veracruz: Domingo Yorio Saqui, José Lima Cobos, Antonio Benítez Lucho, Raúl Ramos y Crisóforo Hernández.
En el centro del ring, Marlon Malon Ramírez, quien como presidente del CDE llevó al PRI a la derrota más ignominiosa en la historia local el 6 de junio.
Claro, al tricolor le fue de los mil demonios, pero a Marlon, muy bien. Quedó con la diputación local pluri.

DOS. La vieja guardia

Domingo Yorio: diputado local y federal y presidente municipal de su pueblo, Papantla.
José Lima Cobos: jefe de prensa, parece, del CDE del PRI y/o de la Liga de Comunidades Agrarias.
Antonio Benítez Lucho: diputado federal, director del Instituto de Pensiones y delegado del ISSSTE.
Raúl Ramos, diputado local, presidente del CDE del PRI, alcalde de Boca del Río y subsecretario de Gobierno.
Crisóforo Hernández: presidente municipal de Tuxpan y delegado priista en varias demarcaciones.
Ellos apuestan su nombre para entronizar a Ulises Ruiz en la presidencia del CEN del PRI.

TRES. 5 apóstoles rojos

En dos, tres ocasiones anteriores, el ex gobernador de Oaxaca ha intentado “tomar por asalto” el tricolor disputando el liderazgo nacional.
Pero ha salido derrotado.
Ahora, con sus 5 apóstoles rojos de Veracruz intenta desde aquí alcanzar la máxima obsesión de su vida partidista.
Luego de la jefatura del Poder Ejecutivo en Oaxaca, nunca más ha desempeñado un cargo público.
Las tribus lo han dejado fuera. Más ahora, cuando MORENA es el partido político de moda, y como dice Porfirio Muñoz Ledo, permanecerá dieciocho años seguiditos en el poder.

CUATRO. En política no hay hombre muerto…

Los 5 apóstoles de Ulises Ruiz ya dieron lo más posible en la vida pública.
Pero, claro, como dice Jorge Uscanga Escobar, “en política nadie está puerto”, bien pueden resucitar.
Difícil, por la hegemonía de MORENA y sus tribus.
Difícil, porque ellos decidieron jugar su destino inmediato a Ulises Ruiz, excluido del clan de Alito.
Difícil, porque hay nuevas generaciones empujando la carreta, frescos, y la competencia es dura, ruda y canija.
Pero, bueno, ningún político se retira. En todo caso, lo retiran, pero un segundo antes de morir seguirá peleando por el poder, el poder que suele volverse una droga, también, una forma de vivir mejor.

CINCO. Ultimátum a Marlon

La apuesta es que luego de la vergonzosa derrota de Alito/Amlito en las urnas (perdió las dieciséis gubernaturas el 6 de junio, perdió en Veracruz más de ciento cincuenta alcaldías, perdió 19 de las veinte diputaciones federales y 28 de las treinta diputaciones locales), tanto Amlito como Marlon Ramírez han de renunciar.
Incluso, en la cancha pública manejan que a Marlon le pusieron ultimátum desde antes del proceso electoral.
Era la presidencia del CDE del PRI o la diputación local pluri, pues de ir como candidato uni habría perdido.
Mañoso, Marlon aceptó la curul pluri. Y ha de irse. También Amlito.

SEIS. Ulises, satanizado

Pero las tribus rojas en el poder ya satanizaron a Ulises Ruiz y se antoja difícil remonte al CEN.
Entonces, y de ser así, sus 5 apóstoles en Veracruz apostarían a la derrota, aun cuando serían leales y fieles, con lealtad ciega, al ex gobernador de Oaxaca.
Ulises es como el flautista de Hamelín llevando al despeñadero.