disparando a la luna, segura de que "tarde o temprano" llegaría a la superficie lunar.
Y si de entonces a la fecha cabildeó como el topo de Carlos Marx con cálculo neurológico, entonces, el resultado está ahí.
El aborto fue despenalizado.
Veracruz se convirtió así en la cuarta entidad federativa en despenalizar el aborto.
Ni una mujer más presa en Veracruz por abortar y que, bueno, luego de, solo resta revisar los casos de mujeres presas para dejarlas en libertad.
Incluso, y si creemos en el destino, oh Francisco Ignacio Madero y Plutarco Elías Calles creyendo en los médiums y los espíritus y con fe ciega, pudiera escribir que Mónica Robles y AMLO tienen destinos empalmados.
Por ejemplo:
Cuando López Obrador era niño en Tabasco, estuvo a punto de ahogarse en un río un mediodía cuando nadaba con sus hermanos y los amigos.
Y a tiempo fue rescatado.
Entonces, Andrés Manuel López Obrador se convenció en automático de que estaba predestinado para un estadio superior de vida.
Años anteriores, cuando su esposo, el priista Iván Hillman Chapoy era diputado federal, en un viaje de Coatzacoalcos a Veracruz tuvieron un accidente carretero y Mónica se vió muy mal.
Incluso, debió ser trasladada por la vía aérea del hospital de Veracruz donde estaba internada a un hospital de la Ciudad de México.
Y la libró.
Y fue porque tenía un destino superior.
Una parte de su destino ya se cumplió.
Ganó la batalla por la legalización del aborto.
La LXV Legislatura ganando un espacio gigantesco en el paraíso terrenal.
Ella solita redimió a la bancada de MORENA, tan oscura y tan grisácea que solo sirvió, como todas las anteriores, para congraciarse con su gobernador en turno.