y en la guerra…Lo escribió a los 24, 25 años… Parece fue el primero…

ROMPEOLAS: 2) Fédor Dostoievsky, el otro padre ruso de la literatura… 3) Iván Turguénev, otro ruso… Son el trío de rusos preferidos de Hemingway, con todo y que Tolstói admiraba a Antón Chéjov, su discípulo preferido… 4) Ezra Pound, el norteamericano a quien el autor de “El viejo y el mar” solía esperar cada tarde en una librería-café en París para ver si llegaba por ahí y presentarse y hacerse su amigo… 5) En Gustave Flaubert, Hemingway admiraba la disciplina, la misma que tenía para escribir todos los días, así estuviera crudo, mil palabras y que contaba una por una y escribía en la pared con lápiz para llevar la contabilidad del texto…

ARRECIFES: 6) El talento del británico Joseph Kipling para contar historias lo tenía desconcertado… 7) Mark Twain, el escritor norteamericano quizá con el mayor talento humorístico del mundo literario… Su novela Huckleberry Fin significó el punto de partida para Hemingway… 8) Henry James era un gran escritor, decía, y releía todos sus libros, considerando que la relectura es mucho mejor porque la prosa se saborea y en automático se descubren nuevos filos informativos y literarios, como quien por ejemplo mira 2, 3, 4 veces una película…

ESCOLLERAS: 9) En Edgar Allan Poe, Hemingway admiraba la prosa maravillosamente construida… Además, la estudiaba como por ejemplo hacía Gabriel García Márquez quien diseccionaba una novela, un cuento, una crónica, un reportaje, con un desarmador para ver la forma cómo estaba construida… 10) La novela clásica de Henry Beyle Stendhal, Rojo y Negro, era otro de sus libros de cabecera… Y 11) James Joyce, el escritor que incorporó el diálogo interior a la narrativa y que Hemingay reproduce “al pie de la letra”, sobre todo en su novela clásica Por quién doblan las campanas...

PLAZOLETA: “El señor Hem” (así le llamaban los cercanos) siempre anduvo con el cosquilleo del Rocinante en los talones y se iba de gira en varios continentes… Desde España y África hasta China… Entonces, llevaba una maleta con sus libros preferidos y entre otros, un libro de cada uno de los once escritores preferidos… Por lo general, nuevos, aun cuando también repetía para la relectura… Y si todos los días tecleaba mil palabras como cuota militar, también reservaba varias horas para la lectura sin que nadie lo molestara… Toda su vida quiso demostrar su capacidad física y hombría para las cosas insólitas, quizá porque de niño su señora madre lo vestía de niña y con caireles en la cabellera larga que le dejaba…

PALMERAS: Desde luego, cada persona tiene su lista de escritores preferidos… En el siglo pasado había quienes siempre preguntaban el libro de cabecera, aquel que se tenía en el buró para leerse antes de dormir… Y quizá soñar con los personajes… En El señor Hem eran once y cada uno fue un maestro del que aprendía a escribir mejor, definiendo, claro, su propio estilo personal de contar historias…