Una de las decisiones más importantes que se tendrán que asumir en las próximas semanas es sobre quién va a dirigir los destinos durante los próximos cuatro años de la más importante Casa de Estudios de Veracruz, la Universidad Veracruzana.

Esta decisión es hoy más importante que nunca por el importante papel que juegan las instituciones de educación superior en la llamada sociedad del conocimiento. Cada vez es más evidente que el desarrollo de nuevos conocimientos resulta ser el factor fundamental para la solución de los problemas de nuestra sociedad actual.

De allí la importancia crucial de quien dirija a la Universidad Veracruzana deberá de ser una persona con visión y capacidad para liderar el futuro de una de las universidades más importantes de nuestro país y evidentemente la más importante de Veracruz. Algunas voces mencionan la poca pertinencia y poco democrática que esta decisión recaiga en un grupo de solo nueve miembros que integran la Junta de Gobierno de la UV.

Sin embargo, como lo demuestra la experiencia de otras universidades públicas mexicanas, donde existe el voto universal de los miembros de la comunidad universitaria para elegir a sus autoridades, resulta que estas instituciones se caracterizan por el enorme retraso relativo respecto a otras instituciones donde la decisión se toma a través de una estancia colegiada como es una junta de gobierno.

Los caminos por los que transcurre la democracia son diferentes a los del conocimiento. Pero dejemos esta discusión para centrarnos en las características de la docena de candidaturas que se tienen hasta el momento para suceder en el cargo a la actual rectora Sara Ladrón de Guevara. La valoración que hacemos a continuación se basa en la información que ha llegado a este espacio de miembros de la comunidad universitaria de la UV sobre las y los aspirantes. Hemos dividido estos comentarios en tres grupos para identificar sus características comunes.

En un primer grupo aparecen tres candidaturas: Darío Fabian Hernández González, Beatriz Lira Rocas y Roberto Ruiz Saldaña quienes mantienen como rasgo común, de acuerdo a sus propias declaraciones y por diversos medios, constituyen candidaturas que son apoyadas por diversas instancias del gobierno en el ámbito estatal o federal. Podemos afirmar de manera rotunda que si la decisión recayera en alguno de estos tres miembros sería la más desafortunada decisión para el futuro de la UV.

Destacamos fundamentalmente dos razones. La primera evidentemente referida a una clara violación de la autonomía universitaria y la segunda la de un gobierno sin visión que no le otorga ninguna importancia a la educación de calidad y tampoco a la inversión en ciencia y tecnología.

A esto hay que agregar los temas de la personalidad de cada uno de estos candidatos en el primer caso una personalidad gris, sin liderazgo y sin vínculo con la comunidad universitaria; en el segundo caso los graves problemas de relaciones personales que tuvo en el breve tiempo que se desempeñó como funcionaria universitaria por su soberbia y, en el último caso, mucho más grave no solamente por su desconexión total de la comunidad universitaria sino por las graves acusaciones de acoso sexual en contra de su ex asesora en el INE, Leyla Acedo Ung, actualmente jefa de la Unidad de Prevención y Atención de la Violencia de Género en la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco.

Estos tres personajes, de no contar con el apoyo que dicen tener del gobierno, no tendrían nada que hacer por méritos propios académicos para aspirar a ocupar la rectoría de la UV. En un segundo grupo aparece una lista de actuales funcionarios universitarios de la administración que encabeza la rectora Sara Ladrón de Guevara: José Luis Cuevas, Carlos Lamothe, Lourdes Budar, Héctor Coronel y Salvador Tapia; sin duda su mérito es el conocimiento, aunque sea parcial, del funcionamiento de la UV. Por ejemplo, Cuevas conoce la Facultad de Derecho y nada más; Carlos Lamothe la Facultad de Veterinaria y el Campus Coatzacoalcos Minatitlán; Lourdes Budar la Universidad Veracruzana Intercultural; Héctor Coronel la administración escolar y un par de entidades que ha dirigido sin pena ni gloria; y, en el caso de Salvador Tapia, éste conoce bastante bien el manejo de las finanzas universitarias pero no tiene una visión académica de la institución.

Ninguno de los miembros de este grupo puede eregirse en la continuidad de un brillante proyecto académico de la actual gestión universitaria, simplemente porque nunca existió, por tanto, se trata de iniciativas personales que no acreditan visión y capacidades para emprender una etapa de éxito futuro para la UV. Sus propuestas están ancladas a los puestos burocráticos que actualmente desempeñan, saben obedecer indicaciones, pero no liderar un proyecto.

Nunca se les conoció a los miembros de este grupo alguna iniciativa de innovación al interior de la administración universitaria en los últimos años lo que ratifica su falta de visión y liderazgo.

Finalmente, tenemos un grupo de cuatro candidaturas que no tienen el apoyo gubernamental y no pertenecen a la actual administración universitaria: Rocío Ojeda, Rafael Vela, Martin Aguilar y Jorge Manzo.

En el caso de Rocío Ojeda únicamente tiene como experiencia de gestión el haber sido directora de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, pero no tiene una trayectoria académica destacada y tampoco se le conocen proyectos innovadores universitarios.

Rafael Vela tiene experiencia académica pero carece de experiencia en gestión universitaria, se afirma que es demasiado soberbio y poco accesible para dialogar en el ámbito universitario.

Martín Aguilar tiene experiencia académica, así como experiencia como gestor universitario ya que fue director del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales, pero su debilidad es el escaso conocimiento de las “ciencias duras” que la UV necesita desarrollar.

Finalmente, Jorge Manzo cuenta con experiencia académica, experiencia en gestión universitaria y en proyectos innovadores. De todas las candidaturas es la que tiene mayor presencia y contactos entre la comunidad universitaria, cercano a la gente, honesto y visión para emprender un proyecto de largo alcance para la UV.