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Malecón del paseo
Sábado 19 junio, 2021

Periodista incorruptible

•Rompió con Juárez
•El Nigromante

EMBARCADERO: La mitad de reporteros y la otra mitad suelen tener a Francisco Zarco como el santo laico del periodismo... Y en muchos casos, de oídas, pues, digamos, nunca han leído su biografía, menos artículos... Pero en el altar de la república de las letras hay tres más... Uno, Ricardo Flores Magón, el director general del periódico Regeneración, 41 veces encarcelado por el dictador Porfirio Díaz... Dos, Filomeno Mata, El Diario del Hogar, donde imprimía y en abonos Regeneración, 36 veces

Luis Velázquez

refundido en la cárcel por Díaz Mori…Y el tercero, Ignacio Ramírez, El Nigromante, el reportero y político más honesto, limpio, íntegro, en la historia nacional…

ROMPEOLAS: Una parte de su vida, Ignacio Ramírez vivió en Veracruz… Fue el tiempo cuando Benito Juárez instaló aquí la sede de los Poderes Federales y El Nigromante se trasladó del centro del país, donde residía, a la ciudad jarocha, para unirse al indito de Guelatao y participar en la redacción de las Leyes de Reforma… Incluso, años antes, Antonio López de Santa Anna encarceló en el castillo de San Juan de Ulúa a Juárez y Melchor Ocampo, temeroso de que lo pudieran derrocar, o en todo caso, porque miraba en ellos madera suficiente para el sismo político…

ARRECIFES: Santa Anna también encarceló en Ulúa a Ignacio Ramírez, encabritado, con un artículo en su contra… Ignacio Comonfort, el presidente efímero que dejara un caos político, social y económico, también encarceló a El Nigromante por un artículo publicado… Tiempo cuando Ignacio Ramírez firmaba con el sobrenombre de “El Chile Verde” como parte de la ironía y el sentido del humor y el pitorreo de su vida… Incluso, Comonfort quedó tan molesto con aquel análisis que ordenó a su general preferido, Tomás Mejía, lo trepara a un burro y paseara en las calles de Querétaro…

ESCOLLERAS: En Yucatán, las tribus políticas en turno también lo enviaron a la prisión y contrajo la fiebre amarilla, la feroz pandemia de la época… Hacia 1867, al triunfo de la República, se integró con Juárez quien lo nombró Ministro de Justicia y le encargó separar la iglesia del Estado… Entonces, embargó los bienes materiales que eran muchos, demasiados, de la iglesia, y les aplicó destino social… Por sus manos pasaron millones de pesos y nunca tomó un solo centavo partido a la mitad…

PLAZOLETA: A pesar, incluso, de que era pobre, muy pobre, y vivía en una casita alquilada en las goteras de la Ciudad de México con todo y los cargos públicos en varios estados del país y de su trabajo como periodista y salario como diputado federal… Y sus ingresos como profesor… Siempre vivió “con la medianía de su sueldo” como era la mística y filosofía de Juárez, y quien, caray, otorgó salarios jugosos a sus tres yernos en cargos públicos para la dicha y felicidad de sus hijas…

PALMERAS: En el camino, Ignacio Ramírez, igual que otros catorce intelectuales, escritores y periodistas, se distanciaron de Juárez… Fue cuando le entró la tentación reelectora y llegó a perpetuarse durante quince años en el poder presidencial… Entonces, todos ellos agarraron camino y regresaron al periodismo y se volvieron feroces críticos del poder imperial y faraónico de Juárez, el presidente austero y liberal engolosinado con el poder político y público… Ignacio Ramírez fue nombrado magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y su crítica a Juárez se recrudeció... Con todos los cargos públicos desempeñados murió en la más espantosa de las pobrezas… Un legado de honestidad “a prueba de bomba”…


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