Entonces, el góber tuiteó y expidió boletincito de prensa celebrando el encuentro accidental con el actor, a quien en el celebratorio tuitero llamó “El Benny”, porque así interpreta a un malandro y “Carmelo Vargas” que interpreta a un gobernador y presidente de la república totalmente pillo, ladrón, corrupto y asesino.
Luego, reveló que hablaron de cultura, teatro y cine y resumió la conversión con cuatro palabras: “Vienen más sorpresas buenas”.
Desde entonces, han pasado27 meses, casi treinta, y que en política son muchos, demasiados, excesivos, y nunca, en un momento estelar, el acuerdo y/o alianza cultural del gobierno de Veracruz con el actor más celebrado del país en el siglo XXI ha aterrizado.
Significa, pues, que el góber es un parlanchín.
Además, movido por la emoción instantánea y echando las alas a retozar, pero por inercia, sin planeación ni las neuronas chambeando a toda su plenitud.
El corazón por delante. Las ganas locas de ocupar un espacio mediático o tuitero y seguir viviendo en gerundio, es decir, planeando lo que habría quizá soñado.
Dos años y tres meses de palabrerío hueco. De hecho y derecho, una diarrea verbal. A tono, claro, con otros menesteres.
En aquel entonces, apenas, apenitas estrenando la silla embrujada del palacio, el góber todavía no tenía canas ni tampoco aparecían las autopistas en la cabeza. Tampoco tenía pancita. Ni arrugas en la cara ni el cuello.
Era un rostro fresco en el palacio de Xalapa.

FRUSTRADA UTOPÍA

En 27 meses, bien pudo Damián Alcázar aterrizar muchas cositas si en el gobierno de Veracruz existiera voluntad. Voluntad política y voluntad social y voluntad cultural.
Entre otras, las siguientes:
Una. Un cursito de cine en la escuela Luis Buñuel, de la Universidad Veracruzana, UV.
Dos. Un cursito de teatro en la facultad de Teatro de la UV.
Tres. Los mismos reportajes turísticos que hace en América Latina y transmitidos en la televisión hacerlos en Veracruz.
Cuatro. Orientar y reorientar a una que otra compañía cinematográfica para filmar una película en Veracruz y que más, mucho más logró Gabriel García Márquez cuando en Tlacotalpan filmarán su cuento “La viuda de Montiel” con la hija de Charles Chaplin, Geraldine, y “El coronel no tiene quien le escriba” con Fernando Luján y Salma Hayek.
Cinco. Cabildear con sus amigos productores y directores de cine una mirada a Veracruz para proyectos fílmicos.
Seis. Más allá del programita ranchero de “Veracruz se antoja”, aprovechar su éxito fílmico para promover a Veracruz en el país y América Latina.
Siete. Festivales de cine y de teatro en las regiones claves de Veracruz.
Ocho. Incluso, lanzar un festival anual de cine de igual manera como, por ejemplo, el Tajín de Miguel Alemán Velasco y el Festival Hay y el Salsódromo de Boca del Río.
Nueve. Promover un festival cinematográfico cabildeando la presencia estelar, entre otros artistas, de Salma Hayek, Ana de la Reguera, Adriana Fonseca, Ernesto Gómez Cruz, Toñita y Paquita la del barrio…, más los actores que faltan.
Etcétera, etcétera.
Pero ni hablar, nadie puede pedir peras al olmo ni tampoco milagros al góber de la 4T.
Más, cuando de por medio se atraviesa y existe y domina y predomina un político parlanchín.

BURDA VENTA DE ESPERANZAS

Desde el mes de febrero del año 2019, Damián Alcázar agarró su camino y el góber nunca, jamás, se acordó de su palabra y promesa y venta burda y barata de esperanzas gritoneando que “vienen más sorpresas buenas”.
La única sorpresa, por ahora, es que Veracruz ocupa el primer lugar nacional en feminicidios, secuestros y extorsiones.
Y uno de los primeros lugares nacionales en regadero de cadáveres y fosas clandestinas.
Y el primerísimo lugar nacional en el desempleo creciente, pues bastaría recordar que únicamente con el año del COVID (marzo de 2020 a marzo 2021) desaparecieron 44 mil empresas locales dejando 146 mil empleos perdidos.
Más el desempleo galopante desde antes.
Más el millón de paisanos como migrantes sin papeles en Estados Unidos.
Más Veracruz en el primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales.
Más de 6 millones de los 8 millones de habitantes en la miseria y la pobreza.
Más el medio millón de paisanos haciendo solo dos comidas al día y mal comidas debido a la precariedad que viven y padecen.
Más uno de cada 3 jefes de familia llevando el itacate a casa con el ingresito obtenido en el changarro en la vía pública.
Es el Veracruz gobernado por la 4T. Un Estado pródigo en el recurso natural, habitado por gente jodida.
De seguro, Damián Alcázar mejor prefirió hacerse el omiso…