Todos los días, la hembra y el macho llegaban puntuales en la mañana y en la tarde con hierbitas y pedacitos de hojitas de maíz para hacer el nido…

ROMPEOLAS: Luego, la hembra se aposentó en el nido lista para empollar… Todos los días, el macho le lleva de comer y se lo da en la boca en una especie, como cantaba Juan Gabriel, de “amor eterno”, intenso y volcánico, limpio y puro… Desde entonces, hace unos días, la hembra ahí permanece… Día y noche… Con sol y con luna… Con la brisa ligera y anticipada de la primavera… Uno que otro vientecillo anunciando quizá el verano que llegará… Y el macho acarreando la comida para su pareja… Ella, cumpliendo la misión estelar y suprema de madre…

ARRECIFES: Hay días cuando Héctor Fuentes Valdés se levanta hacia las 5 de la mañana, entre otras cositas, para ejercitarse en el parque de la esquina y la paloma ahí está, firme, inalterable, en el nido… Otros días, también el palomo, a un lado, sobre el cable… Y apenas amanece, el palomo toma el vuelo y sale a la chamba diaria de buscar la comida y puntual, en su horario mirando el sol y calibrando la temperatura, y regresa con la comida en el piquito…

ESCOLLERAS: El palomo será joven, pues casi todos los días, y luego de llevar el itacate para su señora esposa, toma vuelo en el cielo y papalotea y da vuelta como si fuera un cirquero para que la paloma lo mire y admire… Durante un rato largo y grande, el macho vuela y después regresa al lado de su mujercita… Y ahí, los dos, digamos, como “en el reposo del guerrero” esperando que la hembra empolle los huevitos…

PLAZOLETA: Una madrugada, Héctor Fuentes despertó hacia las 2, 3 de la mañana y el viento soplaba en la noche duro y rudo… Luego empezó la llovizna… Entonces miró hacia el cable de la CFE y las dos palomas, hembra y macho, mujer y hombre, allí estaban… El cable de la CFE se movía y hasta agitaba y ellos, como buenos trapecistas, sobreponiéndose al viento huracanado… La paloma, más aplicada, porque cuidaba los huevitos, los hijos que esperan… Hizo viento, llovió, se fue el viento, y la pareja sobrevivió al desastre natural… El amor vence todas las barreras del mundo dirían Romeo y Julieta, Cleopatra y Marco Antonio, María Félix y Agustín Lara, Alejandra Guzmán y Frida Sofía…

PALMERAS: Antes, mucho antes, únicamente se miraban nidos de palomitas sobre las horquillas en las ramas de los árboles… Además, árboles llenos de ramas y hojas y troncos que protegían de los vientos, la lluvia y el sol… Ahora también sobre las bardas de las casas suelen construir sus nidos… Y sobre los cables de la CFE… Y desde luego, significa un canto a la vida… El amor, en su más alto decibel… Todos los días, Héctor Fuentes se refocila en el maravilloso espectáculo y espera vigilante el nacimiento de los hijos…