Fue el domingo 21 de marzo cuando un hombre y una mujer asaltaron tienda Oxxo en la avenida Cuauhtémoc.
Ellos entraron a la tienda con un cuchillo grande, más que cebollero, cuchillo de un carnicero en el local del mercado popular.
Y una mochila para llevar el resultado del atraco.
Entraron y robaron. Luego, tan campantes, huyeron.
Entonces, El Payaso de la Justicia y unos chicos llegaron al Oxxo. Y platicaron con la empleada asustada.
Raudos y veloces, valientes y bragados, comandados por El Payaso de la justicia, los chicos subieron al coche de uno de ellos y a perseguir a los delincuentes comunes.
Y los alcanzaron. Y cercaron. Y cooptaron unas calles adelante en el estacionamiento de otro centro comercial conocido como Soriana Quevedo.
Luego de un forcejeo, únicamente sometieron al hombre, Pedro Ángel, de 27 años de edad, vecino de la colonia La Pochota, y le quitaron el cuchillo tipo carnicero y una mochila con unas playeras.
La mujer pudo darse a la fuga. En medio de la confusión de los conductores de otros coches logró huir.
Y en su fuga se llevó el dinero en efectivo de la tienda Oxxo.
Ella, una chica de 20 años de edad.
Pero, bueno, detenido el hombre, tocó a la policía seguir la pista de la mujer.
Los jarochos de la zona norte de Veracruz podrán, quizá, dormir tranquilos.
El Payaso de la Justicia, paladín de la ley, enviado del Ser Superior a la tierra para pacificar uno de los estados más violentos y sangrientos del país, está aquí, entre nosotros.
En el siglo pasado, película famosa con “El Payaso Siniestro”, que secuestraba, desaparecía y asesinaba a mujeres.
Ahora, en el siglo XXI, en la ciudad y puerto de Veracruz, El Payasito de la Justicia bien podría anunciar el más hermoso y fascinante de los días y noches. El día de la tranquilidad. De entrada, en las tiendas con franquicia.
Con sus amigos ofrecerían sus servicios como los cazadores de malandros, pillos, ladrones y rateros.

DE GADAFI A EL HOMBRE ARAÑA…

La vida es así de maravillosa:
De El Llanero Solitario, Superman y El Hombre Arana…, a El Payasito de la Justicia y sus amiguitos.
De las Autodefensas que tan famosos hicieron, entre otros, a la senadora Nestora Salgado y el doctor Mireles en el centro del país, a El Payasito (jarocho) de la Justicia.
De los perros mágicos de la secretaría de Seguridad Pública, entre otros, Gadafi, ya fallecido y sepultado con honores, a El Payasito de la Justicia y sus amigos, todos chicos, jóvenes deseos de pacificar Veracruz y, claro, de un nuevo orden social.
En muchas colonias populares hay vecinos vigilantes día y noche. De calle en calle se han organizado y entre todos se cuidan. Incluso, hasta una intercomunicación interna tienen, además del whatsapp. Una alarma que suena cuando alguno siente por ahí la sombra del mal encarnada en la delincuencia común.
En multitud de casos, los vecinos han detenido a los maleantes y correosos. Y desnudado. Y/o dejado en pañales. Amarrados de pies y manos, apoltronados en la calle o amarrados a un poste.
Luego, y antes, mucho antes de ser linchados como sucediera en Soledad Atzompa con los secuestradores de maestros, avisado a la policía y entregados, digamos, quizá, para el proceso penal.
Ahora, con El Payasito de la Justicia, El Payasito Justiciero, una nueva esperanza social.
Todos, pues, “podéis ir en paz”. Un payaso y sus amigos vigilan la ciudad. Ojalá, y mínimo, les entreguen la medalla al Mérito Ciudadano del Instituto de la Superación Ciudadana.

UN PAYASO JUSTICIERO EN CADA PUEBLO

Otra sería la vida, por ejemplo, si en cada pueblo de Veracruz, de principio en cada cabecera municipal, apareciera un Payaso Justiciero y sus amigos.
El primer cometido sería la batida contra los ladrones de tiendas. Luego, de plazas comerciales. Después, de casas.
Paso a pasito ganarían espacios. Y volverse, digamos, más eficientes y eficaces que la Policía Auxiliar.
Día llegaría, incluso, y una vez probada la lealtad y el fervor ciudadano ofrecerse como veladores, tipo IPAX, en casas, sin ninguna sospecha, como en el caso del crimen de la ex alcaldesa de Cosoleacaque y su hija de que la propia escolta nocturna, vigilando la casa, facilitara el atraco, el saqueo y el asesinato.
Hay, claro, payasos del mal, como “El Guasón”. Y como la ficción se ha vuelto más real que la realidad, entonces por ahí andarán.
Pero al mismo tiempo, los payasos con corazón bueno son muchos más. Y significaría razón de peso y con peso para confiar en ellos como los enviados de un Ser Superior para pacificar Veracruz.
Por lo pronto, los Oxxos, que tan expuestas están a los atracos, pudieran mirar a El Payaso Justiciero de la avenida Cuauhtémoc como una esperanza y contratarlo con sus amigos para custodiar sus cadenas de tiendas.