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Malecón del paseo
Viernes 02 abril, 2021

La COVID y Lolita

•Más peor la recesión
•Mujeres, las dañadas

EMBARCADERO: Es el tiempo del COVID y Lolita vive entre la incertidumbre y la zozobra... El uso del contagio formaba parte de su hábitat... Vacuna, rebrote, riesgo de morir, le valía... Estaba más ocupada y preocupada por la recesión... El quebradero de negocios, industrias, empresas, comercios y changarros como el pan de cada día... Y el desempleo galopante como el peor mal de la caja de Pandora... Vivía, entonces, con el temor del despido

Luis Velázquez/Parte V

Más cuando leyó la estadística del Instituto Nacional de Las Mujeres… “Una mayor proporción de mujeres que de hombres, decía la nota, ha perdido su empleo o cerrado su negocio”… Fue el peor día de todos los días peores de su vida…

ROMPEOLAS: Pronto la lumbre la alcanzó… El clavo ardiente le llegó cuando, igual que ella, la mitad de las mujeres que realizaban una actitud de forma independiente estaba tronada… Más porque ella es el principal sostén económico de la familia, madre divorciada, par de hijos, los padres ancianos y dos hermanas menores… La parte más afectada… Las mujeres… Además, en un trabajo tan inestable como la venta de productos de Tupperware entre las amigas y las amigas de las amigas y las conocidas y las vecinas…

ARRECIFES: Los fines de semana, la vendimia en el tianguis improvisado unas veces en el modesto garaje de su casa, y otras, en el parquecito de la esquina, bajo la sombra de un árbol y desde antes de que el sol calentara demasiado… Pero con la economía tan golpeada y que, incluso, ha llevado a la deserción del treinta por ciento de alumnos de escuelas privadas, peor tantitos los días…

ESCOLLERAS: El padre de sus hijos agarró camino “oliendo la leña de otro hogar”… Se fue sin decir adiós, como los perritos callejeros olfateando a la perrita… Y tardó varios meses para convencerse de la realidad, aun cuando desde el primer momento se mostró con la indiferencia… Y dejar con desdén económico a la familia… El negocio desde su casa iba bien… Caminaba… Flotaba… Le permitía el itacate y la torta segura… Pero el coronavirus desequilibró su realidad y poco a poco se ha hundido como ahora cuando los días y noches son sin esperanza en un largo y extenso túnel sin una lucecita alumbrando la posibilidad…

PLAZOLETA: Ha tocado puertas para una oportunidad laboral, pero todos los signos son negativos… Y con el feminicidio creciente y el tiradero de cadáveres y de impunidad y el peor de los mundos imaginados para la población femenina, Lolita se mira como una luchadora y sigue empujando la carreta… Peor, mucho peor, dice, cruzarse de brazos a esperar un milagro… Incluso, está convencida de que los milagros son una falacia, una utopía populista y demagógica, una venta burda y atroz de una esperanza vacua y fatua…

PALMERAS: Ya vendió su coche… Y sus joyas… Y se aferra a su casita INFONAVIT que poco a poco fue ampliando hacia arriba… Y hay noches cuando pierde el equilibrio preguntándose las razones por las cuales a las mujeres les está yendo peor que a los hombres con el desastre epidemiológico… En casa, la política alimenticia para tiempos adversos se ha reducido a dos comidas, en el desayuno y al mediodía, y un cafecito con un pancito en la noche… Y desde hace ratito ya reeducaron el estómago… De hecho y derecho, una economía de guerra cavilando en cada nuevo amanecer rutas de evacuación… Lo importante es conservar la fe inalterable en sí misma…


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