(Ciudad Mendoza, Río Blanco y Nogales) se arrepintieron de jugar en la contienda porque también los amenazaron de muerte.
En ningún caso expusieron los nombres de los terroristas.
"Renunciaron... por las cuestiones de inseguridad. Se retiraron. Ya no quieren participar".
Y aun cuando en cada caso, la vocación social resulta inapelable, fuera de duda, el deseo de engrandecer el destino de sus pueblos más allá, mucho más allá, del ejercicio del poder con sentido patrimonialista, está bien.
Palabras mayores.
1. Significaría, como premisa universal, que el oleaje de incertidumbre, zozobra e inseguridad está descarrilado, evidenciando, incluso, al gobierno de Veracruz, como dice el góber, pues "desde hace ratito Veracruz ya dejó de teñirse rojo" y, por tanto, señores reporteros, "ya no sean alarmistas".
2. Expresa la incapacidad, ineficacia e ineficiencia de la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General para garantizar el llamado Estado de Derecho, cuyo eje universal es dar certeza en el diario vivir a los habitantes de la entidad.
3. Manifiesta que las juntitas diarias a las 7 de la mañana de la Comisión de la Paz van por un lado, y los malandros por otro y la población por otro.
4. Queda reiterado que ni siquiera, vaya, las corporaciones policiacas son capaces de crear y recrear un Veracruz tranquilo en el proceso electoral que se está viviendo.
5. Revela que los malandros están removiendo el piso a la democracia tan incipiente y frágil que se vive.
6. Luego del asesinato de dos presidentas municipales (Mixtla de Altamirano y Jamapa)...
Y de un trío de regidores...
Y de unos cuarenta políticos y líderes partidistas y sindicales asesinados...
Ni Seguridad Pública ni la Fiscalía General pueden con la cruz camino al Gólgota, pues, "los muertos pesan mucho" como dijera el abuelo Nicolás Márquez a su nieto Gabriel García Márquez.
Podrán, entonces, los líderes del PT y PRD seguir aceptando más declinaciones y arrepentimientos de sus aspirantes y suspirantes a las candidaturas a presidentes municipales, síndicos y regidores y hasta diputados locales, conscientes y seguros de que aran en el desierto y el yermo.
Nadie en el palacio de gobierno de Xalapa los escucha.
Sigan, pues, predicando en el desierto.

CADA VEZ MÁS Y MÁS MUERTOS

De nuevo, el ex priista y perredista, Sergio Cadena, un político de mecha corta, postuló la renuncia del secretario de Seguridad Pública por el tsunami de inseguridad en el tiempo electoral.
Caray, de nada sirve.
Primero, ningún jefe máximo (alcalde, gobernador, presidente de la república) cesa a un funcionario cuando los actores políticos y sociales opositores lo piden.
Al contrario, parecen fortalecer al funcionario evidenciado.
Segundo, Veracruz está en el primer lugar nacional en secuestros, desaparecidos y extorsiones, y aun cuando montón de actores sociales han reclamado la renuncia de Hugo Gutiérrez Maldonado y Verónica Hernández, sus voces se han vuelto un cero a la izquierda.
Ni siquiera el eco de sus réplicas tiene resonancia.
Tercero, poderosos padrinos o madrinas tendrán el par de funcionarios (más allá del secretario General de Gobierno en el caso de la Fiscal General) que con todo y el descrédito al que han llevado al gobierno del Estado son, parecen ser, inamovibles.
Cuarto, la única forma de que quizá el par fuera removido sería, por ejemplo, una derrota descomunal de los candidatos de Morena el próximo 6 de junio.
Pero, bueno, si Parametría tiene fundamento con sus encuestas, entonces, el factor AMLO, con el 70 por ciento de la preferencia en Veracruz, será avasallante, incluido el desprestigio de la 4T de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Se viven y padecen días sombríos y nada, absolutamente nada indica que el tiradero de cadáveres e impunidad y de amenazas de muerte pueda cambiar.
Por el contrario, en cada nuevo amanecer sigue empeorando.