Y si existieran escépticos, entonces, porfis, lean la nota del registro de Paquita la del barrio, 73 años, como precandidata del Movimiento Ciudadano a diputada local por Veracruz.
Primero, confesó con toda integridad que ignoraba las razones por las cuales estaba ahí.
Pero, bueno, ahí estaba.
Y confiaba en que tiene ya grupos de asesores para darle clasecitas.
Y cuando los medios la quisieron entrevistar, quizá, sobre los pendientes sociales en Veracruz, entonces mejor se echó unas cancioncitas, aprovechando el mariachi a su lado.
Una, claro, "Ratas de dos patas" en mensaje directo, quizá, a las tribus políticas que han estado en el poder y están.
Dos, "Cheque en blanco", sabrá el chamán a quiénes dirigida.
Y, tres, "Tres veces te engañé", su canción más exitosa y triunfadora que tanto tanto tanto suele cantar la raza con unos atipujes en el hígado, el corazón y el cerebro.
Hubo, quizá, uno que otro reportero que se puso a cantar con Paquita, creyendo que estaba en gran debut, y con canción para sacar de lo más profundo del cuerpo, quizá hasta del dedo gordo del pie, tanto desengaño amoroso.
Tal cual será el eje central de la campaña electoral de Paquita la del barrio para ganar en las urnas.
Simplemente, nada de discursos ni palabrerío hueco ni de ofrecer un mundo mejor, por ejemplo, pacificar Veracruz en dos años como el señor del palacio.
De mitin en mitin, acaso por internet, whatsapp, redes sociales, Paquita cantando sus canciones inmortales y que bien le servirían, por ejemplo, para integrar el Frente de Mujeres por la Dignidad Amorosa para poner a los hombres infieles en su lugar.
También, claro, cantando "Rata de dos patas" hasta reinventaría al Movimiento Ciudadano convirtiendo la canción en leyenda partidista.
En el año 2006, a Paquita le cerraron su restaurante "Casa de Paquita la del barrio" en la colonia Guerrero en la Ciudad de México, cuando rechazó pagar un moche de doscientos mil pesos a un político para reabrirla.
"Mejor cierra", ordenó al contador.
En el año 2011 la abrió, quizá, todo indica, cuando el priista Héctor Yunes Landa se ofreció de cabildero ante Ricardo Monreal, entonces, delegado en la Ciudad de México.
Ahora, debutará en política y conocerá el monstruo por dentro, más todavía.

LUPITA JONES Y EL TRÁFICO SEXUAL

El otro reality-show con Lupita Jones, la ex Miss México y ex Miss Universo, destapada por el Partido Acción Nacional como precandidata a la gubernatura de Baja California, su pueblo.
Y es que por aquí anunciaba su nominación, en la tele comercial que le dan duro y tupido varias chicas de su cofradía de Misses y hasta exhibieron el estercolero de que las utilizaba como objeto y sujeto sexual.
Agarrón en la tele ahora cuando, y entre otras cositas, también rafaguean a Vicente Fernández, señalado por varios chicas por su hambre sexual de toquetear a ellas en las bubis, el único consuelo, por cierto, que queda cuando ya se forma parte de la séptima, octava década, como lo cuentan Gabriel García Márquez y Yasunari Kawabata en sus novelas laureadas, "Memoria de mis Putas Tristes" y "El jardín de las bellas durmientes".
Sabrá el chamán el desenlace en el caso de Lupita Jones pues el tráfico sexual está muy penado, tema, incluso, en la agenda setting.
Pero mientras, el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado piensa, siente, cree, está convencido que el tiempo de los políticos ha pasado de moda y una estrategia para levantar expectativas es lanzando a las actrices consagradas.