Y poco a poco fue comprando vaquitas. Y ahora, produce leche y queso y cría becerritos para vender.
Y tiene una purificadora de agua en los Llanos de Sotavento.
Y cada vez cuando agarra camino para el rancho “Las Palomas”, dice, me voy al “Veracruz profundo”.
Por eso mismo, dice: “Me cansé de ir al café a escuchar la amargura de los priistas desempleados”.

DOS. Muro de los lamentos

El café era como la oficina. El centro de la convivencia política y social. Pero más aún, el búnker donde podían dirimirse las rispideces de la vida pública. Buscar acuerdos. Cabildear negociaciones.
Pero cuando en el año 2016, el PRI perdió la gubernatura y en el año 2018 volvió a perderla, entonces, muchos priistas convirtieron el café en el muro de los lamentos.
Mario Tejeda cansó de escuchar tanta amargura. Amarguras, dice, que llevan al resentimiento y al rencor y al odio y al deseo de venganza.

TRES. Los amigos según la Biblia

Aplicó el principio religioso, aquel que si de un amigo recibes carga negativa, mal karma, pésima vibra, quejándose de todo y de todos, entonces, lo más sano es alejarse.
Y alejarse para retroalimentarse en otras latitudes amicales, familiares, geográficas.
Y una vez reciclado el corazón y las neuronas, si aquel amigo, dice la Biblia, te ocupa y preocupa, entonces, regresa con él para ver si puedes lograr el milagro del cambio.
Y si aquel amigo sigue con la mala vibra, entonces, solo queda alejarse y nadie reprochará la lejanía.

CUATRO. Pudrirse el corazón

Tal cual viene caminando Mario Tejeda. Con tano resentimiento el corazón, dice, se le estaba pudriendo.
Más ahora cuando el partido tricolor está en la lona, noqueado, agotada la respiración, difícil levantarse.
Es priista y nada lo tienta para irse. Antes, hacia el año 2016, lo intentó yéndose al PAN yunista. Pero le fue mal. Hubo desencanto de por medio. Fueron derrotados.

CINCO. Enseñanza juarista

El Veracruz profundo es su rancho “Las Palomas”. Da para vivir, dice, sin la nostalgia de un cargo público. Viviendo “con la medianía del salario”.
Nunca en la administración pública “metió la mano al cajón”. Ni pactó en lo oscurito. Digamos que vivió, en tanto “Las Palomas” iba cuajando con los pocos animalitos y la venta de leche y queso.
Días cuando pensó hasta vender tamales a la orilla de la carretera federal. Los famosos tamales de los Llanos de Sotavento.

SEIS. Paño de lágrimas

Muchos cafés están convertidos en “el muro de las lamentaciones” del priismo y el panismo y el perredismo y anexos y conexos.
En la nostalgia del poder recuerdan los días maravillosos. Ahora, sirven para el consuelo. Paño de lágrimas. Soñando con resucitar el viejo paquidermo cuando la naturaleza enseña que los elefantes viejos dejan la manada, buscan una cueva en la selva y se refugian, sin salir nunca más, esperando la muerte.
Los priistas, sin embargo, son como el dinosaurio de Tito Monterroso, quien “al despertar” la nueva vida… ahí seguía.
El expriista, experredista y morenista, Porfirio Muñoz Ledo, dice que MORENA durará, mínimo, dieciocho años seguiditos en el poder. Apenas va el tercero.
Hay priistas en el café que se hacen y hacen tontos… para que el otro pague la cuentita de los lecheros.