Por ejemplo, la exclusiva publicada en Notiver por la reportera Sandra Segura: Ricardo Exsome Zapata y Rosa María Hernández Espejo se registraron como aspirantes y suspirantes a la candidatura de diputado federal por el distrito de Veracruz puerto.
Pero, además, vaya paradoja, ellos también están listos para registrarse como candidatos a presidentes municipales de Veracruz, el Ayuntamiento más próspero de la entidad jarocha con más de mil 400 millones de pesos de pesos de presupuesto anual.
Es una o la otra.
Y si en la encuesta para diputado federal, por ejemplo, salen perdiendo, entonces, listos para purificarse en la encuesta para alcalde.
Todavía más: Exsome y Hernández se inscribieron en la Ciudad de México con un bajo perfil, esperando quizá que el registro quedara en corto y permaneciera oculto el mayor tiempo posible para evitar verse avilones.
Nunca en la historia, unos políticos con tanta vocación social, irrefrenable y desbordada y desbordante, para servir a la población anotándose para ocupar uno y el otro cargo. El que sea, a tono con la verdad universal de César "El tlacuache" Garizurieta, de que "vivir fuera del presupuesto es vivir en el error".
En un principio, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, destapó a Exsome como su favorito para la nominación a la alcaldía. "Es un cuadrazo" dijo.
En tanto, Rosa Ma. Hernández se destapó solita para ocupar por MORENA la silla embrujada del palacio, embrujada porque como decía Eufemio Zapata, el hermano menor de Emiliano, "El caudillo del sur", enloquece a todos, a unos más.
Pero por "las recochinas dudas", con tal de encumbrarse más en el poder, ahora también para la curul federal.
Y bajo las siglas de MORENA, el partido en el poder que, ha dicho el politólogo Porfirio Muñoz Ledo, durará "en los cuernos de la luna" durante dieciocho años seguiditos.
Partido de izquierda. Exsome y Hernández, ciudadanos de izquierda, aquella que en la historia se ha inmolado por los pobres, la ultra contra súper manoseada "carne de cañón" en todos los pueblos del mundo.
"Los condenados de la historia" les llamaba Franz Fanon.
Los desterrados, les decía Arthur Rimbaud.
"Los olvidados de Dios" les denominó el cineasta Luis Buñuel en su película.
Los precaristas les dijo el antropólogo Oscar Lewis.
La rebelión de los colgados, los llamó Bruno Traven en su novela llevada al cine.
Sea, entonces, por los jodidos, el sacrificio de Exsome y Hernández.

CULTO AL EGO
De cara a la elección de los candidatos a cargos públicos, la vida partidista es así:
Del Dedazo priista, a la encuesta en MORENA.
De los topes y límites del poder en el pasado, con candidatos a un solo cargo público, a los excesos del poder con MORENA, con aspirantes y suspirantes a dos cargos al mismo tiempo para ver cuál sale.
De la cargada priista en el siglo anterior, a la doble cargada en el siglo XXI en la izquierda.
De la libertad al libertinaje.
De los controles del poder a los descontroles.
El culto al ego en su más alto decibel.
Incluso, por eso mismo se definen "soldados de la patria y siervos de la nación", ¡vaya petulancia!
"No hay más ruta que la nuestra" exclamaría el pintor muralista, David Alfaro Siqueiros.
El gran Récord Guinness de las curules como lo ha encarnado desde hace varios sexenios Pablo Gómez, el militante de la izquierda hija del movimiento estudiantil del 68 entronizado como diputado federal.
Son, pues, los nuevos tiempos. Con todo, claro, y purificación moral y honestidad valiente.

ES SU SEXENIO...
Exsome. Constructor, un solo cargo público en su vida. Diputado federal. Entró a la política, digamos, "por la puerta grande". Probadas y sentidas las mieles del poder, quiere más. Con todo, trae atravesada una derrota, cuando perdiera la alcaldía jarocha ante el panista Fernando Yunes Márquez.
Hernández. Reportera, ha tenido trío de cargos públicos. Asistente de Socorro Aubry, diputada federal en su tiempo, y QEPD. Regidora y subdelegada federal.
De ambos, Ricardo Montaner diría, tiempo de MORENA: "Es tu sexenio".
Se ignora si sean capaces "de levantar en armas" en respaldo a una causa social a los habitantes de una colonia popular, mínimo, del barrio donde viven.
Pero, bueno, la política es así, sostenida en figuras públicas, aunque pierdan las elecciones para rey feo o reina del carnaval.