El vendedor de ilusiones
Los planes del gobierno de Veracruz están basados en ilusiones. La venta de esperanzas y utopías, en el más alto decibel. La promesa del paraíso terrenal, la tierra prometida, como la zanahoria para el conejito.
La población electoral puede continuar soñando, si es que lo hace, con una mejor calidad de vida. Un empleo seguro, estable y con salarios con justicia laboral. La garantía de la salud pública. La certeza de la seguridad y la procuración de justicia.
Luis Velázquez
Dos años y un mes se han ido en gerundio. Planeando y gritoneando lo que harán. El Veracruz imaginado por ellos como discurso patriótico. En realidad, igual que sus antecesores panistas y priistas, ejerciendo el poder con sentido patrimonialista. Igual como en el pasado, enriqueciéndose a la sombra del poder.
El negocio de un político, decía Napoleón, es vender esperanzas, ilusiones, utopías, rollos, chorizos, promesas.
Veracruz, un infierno en todos los aspectos. Cadáveres, desaparecidos, secuestrados. Negocios quebrados y cerrados y desempleo galopante. La migración a Estados Unidos. Veracruz, primer lugar nacional en producción y exportación de trabajadoras sexuales. Uno de cada tres jefes de familia llevando el itacate a casa con el ingresito derivado del changarro en la vía pública. Medio millón de paisanos haciendo solo par de comidas, y mal comidas, al día, de tan jodidos que están.
Pueblo rico, pródigo en recursos naturales, habitado por gente pobre y en la miseria, el último escalón de la dignidad humana que escribiera Fédor Dostoievski.
La incapacidad oficial sorteando las semanas y los meses con la única posibilidad imaginada como es un gobierno basado en la venta de ilusiones.
Venta de ilusiones el tianguis para vender higos y mangos en Xalapa. Y la venta de pambazos por Internet. Casi casi, como las taiboleras ofreciendo table-dance a domicilio.
Y de ñapa, el programita de “Veracruz se antoja”.
Y claro que se antoja, por ejemplo, para incendiar autobuses de pasajeros y casas. Secuestrar y desaparecer personas. Y descuartizar a padres e hijos al mismo tiempo. Y decapitar cadáveres.
Y matando a civiles. Incluso, niños y ancianos.
Veracruz, dijo López Obrador, “se sacó la lotería con Cuitláhuac García”.
Ta’güeno.
REDUCIDO A LA CHUNGA
Más efectivo el flautista de Hamelin. Antonio López de Santa Anna, sepultando su pata izquierda perdida en la guerra con honores militares. La famosa sonrisa de Miguel Alemán Valdés. “Las cabeceadas” de Fidel Herrera. La leyenda negra de “Aquí no pasa nada” de Javier Duarte.
El góber marrón reducido a la chunga, incluso, hasta en las tardes pasteleras de las mujeres.
López Obrador fue demasiado generoso con su góber. Pero, bueno, lo impuso pensando que daría resultados electorales a MORENA. Nunca, pensando en el bienestar social.
En los dos años y un mes, el gobierno del Estado solo puede alardear de los programas sociales federales. El subsidio a los ancianos y madres solteras y divorciadas. La beca a los chicos. El anuncio de obras públicas sin aterrizar y achicadas con un saloncito de clases, un parquecito, un kiosco, una callecita pavimentada, y, claro, la cátedra política del machete y la moruna para podar lotes baldíos con mala hierba. Quizá elementos distractores que vieja estrategia política significa.
Par de años en el vacío. En la intrascendencia. Sembrando la discordia en vez de la concordia. Agarrados del chongo con los actores sociales, entre otros, líderes opositores, activistas sociales (dos asesinados y uno desaparecido), Colectivos, académicos. Incluso, hasta militantes de MORENA.
El resultado es un Estado Débil. Frágil. Evidenciado.
Todo, porque al cargo público llegaron sin experiencia ni fogueo en el campo de batalla. Sacados del anonimato para ser encumbrados. Y como ningún esfuerzo les engendró, entonces, también se sienten bendecidos del dios terrenal y son petulantes, engreídos, soberbios, arrogantes.
Los mesías que se creen. Tan es así que se endilgaron el absurdo calificativo de soldados de la patria y siervos de la nación…
IRRITADAS TRIBUS GUINDAS
La venta burda, ramplona y barata de ilusiones y utopías terminó en las llamadas ineficaces del góber y del secretario de Salud en el tiempo del COVID para que la población mantuviera en casa y con el tapa-bocas.
Sin liderazgo político y social, incluso, sin autoridad moral, con la imagen de un góber fifí, sabadaba, catrinero y salsero, de nada sirvió ni ha servido la convocatoria social para cuidarse.
Incluso, el doctor Roberto Ramos Alor, para quien “a los periodistas ningún chile embona”, cayó en la desesperación y dijo que porfis, por favorcito, pedía “de corazón” a la gente mantener la disciplina como estrategia segura para salvar la vida.
Los cines y los moteles siguen abiertos porque hay clientela. Las playas, abarrotadas de población local y turismo, a tal grado que en las escolleras de Alvarado tres chicos perdieron la vida porque el mar se los tragó.
El bailongo del diputado Alexis Sánchez García en Tezonapa y de gratis para todos.
La comelitona y el bailongo del presidente municipal de Tlacotalpan en su rancho.
La bambalina inútil del alcalde de Soconusco, “prohibiendo morir del COVID”.
La discoteca y el bar al aire libre en el municipio de Coatepec.
El pachangón en Xico en fiesta religiosa.
Tantas ilusiones ha vendido la 4T en Veracruz que la desobediencia civil es la reacción, con todo y arriesgar la vida por la pandemia.
Simplemente, pocos, excepcionales ciudadanos, quizá uno que otro funcionario público, respetan al góber precioso de López Obrador.
El desencanto es tanto que hasta las mismas tribus morenistas están irritadas, se ignora si con Cuitláhuac o con López Obrador, por la imposición.