Delirio de grandeza
•Soberbia y petulancia
•Las tribus guindas
ESCALERAS: Hay una constante, eje rector, vaso comunicante en las tribus guindas. Todas, y con las excepciones de la regla, son petulantes, engreídas, soberbias, frívolas y vacuas. La mayoría, de hecho y derecho en la totalidad, se creen y sienten paridas por los dioses.
Luis Velázquez
La locura neurológica y sicológica queda definida con par de frasecitas. Una, se hacen llamar los soldados de la patria. Y la otra, se denominan los siervos de la nación.
PASAMANOS: Designados funcionarios de los gobiernos federal, estatales y municipales por dedazo, el famoso “Dedazo” del PRI, PAN y PRD que forma parte de la cultura política, apenas ocuparon “la silla embrujada del palacio”, unos más y otros menos, se creyeron sabelotodo.
Y desde el cargo o carguito que les dispensaron, pontifican, imponen, dan línea, seguros de que todo lo saben, cuando su bagaje cultural e informativo es mínimo, y cuando su experiencia es peor.
En todo caso, lo predica Amlo desde la homilía mañanera. Más, mucho más importante es “la lealtad ciega” (lealtad ciega que suele convertirse en sumisión y vasallaje) que la inteligencia, el talento, la eficacia y la eficiencia y la competencia profesional rociada y bañada de experiencia en el campo de batalla y el terreno de los hechos.
CORREDORES: De los priistas y panistas siempre se ha afirmado que son petulantes. Dueños del poder sexenal llegaron a considerarse propietarios de la vida y del día y de la noche y del destino social.
Pero las tribus de MORENA salieron peor.
Y peor, porque, primero, llegaron al poder sin ninguna formación ni información básica y fundamental del cargo público que les confirieron, y segundo, sintiéndose enviados por un Ser Superior para hacer y deshacer.
BALCONES: La soberbia guinda se está dando en todos los lados oficiales. Como dicen por ahí, en los 3 niveles de gobierno.
Incluso, hasta en los servidores de la nación de a pie, aquellos que suelen levantar la estadística de la gente jodida, en la pobreza y la miseria para la ayudadita bimensual, igual, igualito que cuando en el priismo y el panismo con los famosos programas sociales.
Más todavía: cuando los soldados de la patria caminan se les mira, siente y percibe su delirio de grandeza, además de en la forma de caminar, ser y proyectarse. Miran, por ejemplo, de arriba para abajo, simplemente, como si hicieran un favor a los demás, seres extraterrestres poblando la tierra.
PASILLOS: Ni se diga, entonces, la feroz petulancia con que los jefes y hasta burócratas comunes y sencillos llegados al poder y a la oficina guinda tratan a los súbditos, los vasallos, los empleados, “la perrada” como les llamaban en el tiempo priista y panista.
Nunca en la historia burocrática de Veracruz tanta soberbia revolcada. Soberbios entre los soberbios. Los dueños de la verdad total y absoluta. Los más brillantes, los más inteligentes, los más capaces, los puros entre los puros.
VENTANAS: Lo peor es que los titulares de las oficinas públicas ningún manotazo asestan para que en su gabinete legal y ampliado sean sencillos y humildes.
Más, mucho más, porque “el pinche poder” solo dura, si bien les va, seis años en el caso de la presidencia de la república y la gubernatura y 4 años en las alcaldías.
Y el sexenio se va rápido, demasiado rápido, pues cuando lo registras ya es hora de irse.
Ningún ciudadano de a pie, quizá algunos sicólogos y sociólogos, advirtieron, olfatearon, olieron que con MORENA llegaría la peor altivez burocrática de la vida.