Familiares, amistades y conocidos de la joven nutrióloga Samara Aurora Arroyo Lemarroy participaron en una caminata en silencio para exigir su regreso a casa, luego de que desapareció por medios violentos en el puerto de Veracruz.
Al finalizar la caminata, en calles de su municipio natal, Jáltipan, los asistentes soltaron globos blancos y le cantaron las mañanitas pues hoy 27 de diciembre es su cumpleaños 29.
La joven fue reportada como desaparecida desde el pasado 23 de diciembre, día en que no llegó a trabajar su plaza como nutrióloga en un hospital del IMSS en Xalapa.
Durante la caminata se leyeron mensajes para pedir por su regreso y exigir a las autoridades que se agilicen la investigaciones para localizarla; en la misma, entre líneas, dieron a conocer que ya se contaba con un detenido implicado directamente en su desaparición.
La víctima contaba con domicilio en la ciudad de Xalapa, donde además era miembro del consejo directivo de un Club Rotario,y dueña de una clínica de control de peso especializada en pacientes con diabetes.
Eventualmente viajaba al puerto de Veracruz, donde contaba con una plaza en una clínica, en el área de enfermería.
Fue camino a su trabajo cuando ella habría sido víctima de privación de la libertad.
"Le decimos a las personas que se atrevieron a retenerla en contra de su voluntad, que la liberan, Samara nos hace falta acá y ahora; Sami te necesitamos" dijo una de sus tías al finalizar la caminata que transcurrió por las principales calles de su natal Jáltipan, a unos 250 kilómetros de donde desapareció.
En los mensajes se exigieron acciones al gobierno del estado, a la Fiscalía y al Presidente Andrés Manuel López Obrador para que "Sam", como le conocen, regrese a casa.
Incluso, antes de este acto, la Universidad Iberoamericana de Puebla, de la que ella era egresada, emitió una postura en redes sociales para exigir la aparición con vida de una de sus alumnas más destacadas.
Para finalizar el evento, sus seres queridos y amigos soltaron globos blancos que llevaron como símbolo de la esperanza que representa que Sam aparezca y no se sume a la larga lista de mujeres desaparecidas y asesinadas en México.
Además, le entonaron las mañanitas y una serie de oraciones para rogar a Dios que su o sus captores entiendan que Sam es una persona que le hace falta al mundo, y que la regresen con bien.
YA HAY DETENIDO
Durante la caminata, familiares y amigos de la joven Samara Arroyo externaron que saber que las autoridades avisaron sobre la detención de una persona implicada en la desaparición de la nutrióloga.
Además, que el lugar en donde la tenían, "Sam está en contra de su voluntad".
Sobre esto, fuentes policiales no autorizadas a ser citadas, indicaron que se cuenta con una persona detenida relacionada directamente con la desaparición de la profesionista de la Nutrición.
Se trata de una persona del sexo masculino, que está dentro de su círculo de conocidos, al parecer un instructor deportivo.
Las fuentes no quisieron confirmar si el caso tendía a ir a los planos de lo "pasional", pero el detenido, se sabe, fue capturado en poder del vehículo de la detenida, aunque se desconoce la situación del mismo, así como si fue imputado al respecto, pero estaba siendo interrogado para que aportar datos que ayudaran a localizarla.
Hasta el cierre de esta edición, también de manera extraoficial, se sabía que una parte de las autoridades estaban realizando una búsqueda en muerte, es decir, del cadáver de la joven mujer; al cierre de este informe no se tenía noticias sobre el hallazgo del cuerpo de alguna mujer.
Debe reiterarse sin embargo que el ánimo de la caminata y los mensajes para Sam Arroyo estaban enfocados a localizarla con vida y saludable.
El estado de Veracruz, según el informe mensual del Secretariado Ejecutivo para el Sistema Nacional de Seguridad Pública, aparece en los primeros cinco lugares con más feminicidios y homicidios de mujeres, así como de casos reportados de mujeres desaparecidas.
Diversas organizaciones y colectivos feministas han exigido a las autoridades veracruzanas, durante los últimos diez años, acciones reales para garantizar a la mujer una vida libre de violencia, sin que las políticas públicas que se han aplicado, hayan hecho gran efecto en los elevados niveles de violencia contra el género femenino.