Secuestro de un político
•Malandros se recrudecen
•Dueños del volante
ESCALERAS: Palabras mayores el secuestro el jueves 15 de octubre de Nemesio Domínguez Domínguez. Dos veces presidente municipal de su pueblo, Santiago Tuxtla. Diputado local y federal. Director del DIF con Patricio Chirinos Calero. Delegado federal del programa Prospera. Subsecretario de Educación con Javier Duarte. Secretario de Gestión Social del PRI. Solo le falta gobernar Veracruz.
Luis Velázquez
Por eso mismo, el plagio y del que el góber machetero se pitorreó. Duró secuestrado 48 horas. El sábado 17 estaba liberado. Fue cuando iba a su rancho, antiguo profesor, profesor jubilado.
PASAMANOS: De los más de cuarenta políticos, ex alcaldes, líderes partidistas y dirigentes municipales de partidos políticos asesinados en los dos años que van del gobierno de MORENA en Veracruz, quizá, el más significativo es Nemesio Domínguez, un tiempo cacique en su pueblo cuando años después fue destronado por la cacica perredista, Jazmín Copete, ella ex alcaldesa, un hijo alcalde, una nuera diputada local.
La esposa de Nemesio, ex presidenta municipal.
CORREDORES: Ninguno de los secuestros y asesinatos de políticos está aclarado. Quizá la Fiscalía General se aproximó con el caso de Juan Carlos Molina Palacios, diputado local y presidente de la Liga de Comunidades Agrarias.
De pronto, presentaron a un detenido, a quien ligaron con el narcotráfico. Pero entonces, “mucho ruido y pocas nueces”.
Con un insólito equipo jurídico el indiciado fue rechazando los cargos y fue indicativo el silencio de la Fiscalía General.
Desde entonces, el silencio ha dominado como si, digamos, quizá, la carpeta de investigación estuviera archivada.
Rara y extraña tanta impunidad porque entre los ejecutados hay líderes municipales y regionales de MORENA, el partido en el poder sexenal.
BALCONES: Han, entonces, los políticos “de poner las barbas a remojar”. Los carteles y cartelitos, sicarios y malandros, aprietan el acelerador, dueños de la pelota y el volante.
Por un lado, colgando cadáveres de los puentes, tirando cadáveres en los ríos para flotar aguas abajo, decapitando a personas asesinadas, abandonando cabezas humanas en las mesas de antros y bares, tirando cabezas en un municipio y los cuerpos en otros, asesinando parejas, matando mujeres.
Y por el otro, igual que en el primer año del sexenio guinda, secuestrando y asesinando políticos, solo que ahora apuntando al bosque más allá del árbol solitario.
Nemesio Domínguez, por ejemplo, con una biografía política amplia. El modesto y humilde profesor que iniciara en el área rural convertido en cacique de su pueblo.
PASILLOS: En la biografía de la violencia política, entre las víctimas que van hay políticos y funcionarios públicos de MORENA, PAN, PRD y PRI.
Nadie, entonces, escapa. Ni puede cantar victoria celebrando que la libró.
Mil veces mejor quedarse en casa sin salir a la calle ni al rancho, pues Nemesio fue secuestrado cuando iba a su rancho de igual manera como Juan Carlos Molina fue emboscado cuando salía del suyo en Medellín.
VENTANAS: Veracruz es una zona en conflictivo. Los carteles llegaron aquí por la jugosa plaza. La autopista de sur a norte para el traslado de la droga. Los tres puertos marítimos para la carga y descarga de la droga. Las pistas clandestinas. Y la ductibilidad de los políticos, jefes policiacos y policías para aliarse con la delincuencia organizada y común.
Por lo pronto, bastaría recordar a los policías municipales de ílamo y Paso del Macho detenidos por las malas amistades y de cuyo proceso penal ningún boletín expedido, como si de pronto, perdonados habrían quedado.
Luego, los carteles y cartelitos derivaron en el secuestro y crimen de personas y ahora de políticos. Hasta sacerdotes ejecutados.