Bloquea por completo y aniquila a quienes fueron sus aliados en la carrera polí­tica…

ROMPEOLAS: El Congreso aplica el principio porfirista de “Pan o palo”… Exige lealtad absoluta y trata a los empleados con autoritarismo y mano dura y ruda cuando desacatan algunas de sus órdenes… Incluso, en nombre del poder polí­tico, amenaza, intimida, embosca, expone y encarcela… “La Casa Blanca” es la historia de las pasiones polí­ticas más sucias para conquistar el poder y como en el caso del Congresista, camino directo a la vicepresidencia de la república y luego a la presidencia dejando en el camino montón de cadáveres polí­ticos, atropellando los derechos humanos…

ASTILLEROS: Pero más aún, el polí­tico que primero exige lealtad ciega, es decir, lealtad perruna a los suyos… Y después, los utiliza a modo como si fueran fichas de dominó y ajedrez… El Congresista usa, por ejemplo, a la esposa, los escoltas, las reporteras que se lleva a la cama, los legisladores de su partido, el Demócrata, y a los de la oposición, el Republicano, a uno que otro Ministro de Estado, incluso, a la esposa del presidente de la república, su jefe, y al mismito jefe del Poder Ejecutivo Federal… Es la crónica de una ambición polí­tica sin lí­mites ni paralelo…

ESCOLLERAS: Por un lado, la moralina del Congresista le permita utilizar a los demás para su objetivo… Y por el otro, aquellos que cometan un pecado a la lealtad ciega, los mata… Su regla es la siguiente… “Es más importante tener poder que dinero”… Y mientras otros acumulan bienes materiales como por ejemplo, un empresario, socio y aliado del presidente de EU, el Congresista busca concentrar poder… Y por eso mismo, espí­a, primero, a sus colaboradores… Y después, a todos y cada uno de los polí­ticos encumbrados… Y luego, a los medios influyentes…
PLAZOLETA: Su filosofí­a polí­tica se concentra en una de sus frases célebres… “Soy un lobo hambriento y a quien nadie le cortará la cabeza para pelarla como una manzana”… Y en tanto reclama lealtad ciega a su equipo, él mismo se define con otra frase bí­blica… “Si quiero algo, lo tomo y ya”… Se trata del ejercicio personal del poder y de la tarea de gobernar teniendo en una mano el saludo cordial y en la otra, una piedra para asestar hachazo fulminante…

PALMERAS: El Congresista convertido en presidente de EU exige lealtad a todos, pero perdona a su esposa infiel… Incluso, llega un momento cuando deseando emociones intensas y frenéticas en el ejercicio del poder integran un trí­o con el joven escolta… Y la residencia palaciega se vuelve su burdel… La serie fí­lmica lo deja claro: atrás de la conquista del poder polí­tico, y que lleva por añadidura al poder económico y social, todo se vale… Pero más aún, la lealtad a ciegas debe provenir de los colaboradores, pues en ningún momento el jefe máximo está obligado… El Congresista es el dios terrenal, merecedor de todo…