desarrolló una aplicación de escritorio para la generación de fichas de fotocolecta, en coordinación con el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB).
El 27 de agosto, durante la presentación virtual de su proyecto, con el cual obtuvo el grado de licenciatura, el universitario destacó que el Programa generador de fichas para colecciones cientí­ficas de fotocolectas (PROGEFI) es una herramienta de software para registrar imágenes que aporten algún avistamiento sobre una especie de fauna determinada.
En él participaron Gerardo Contreras Vega, director del trabajo; Juan Carlos Pérez Arriaga, co-director; Marí­a Karen Cortés Verdí­n, sinodal, y Christian Alejandro Delfí­n Alfonso, investigador del IIB.
Miguel Alejandro Cámara comentó que fue otro alumno de la Facultad quien inició el proyecto en 2015, pero él lo retomó en 2019 pues no estaba concluido.
El desarrollo de esta aplicación era necesario, debido a la gran cantidad de información biológica que se almacena para su análisis. De este modo han surgido áreas de estudio interdisciplinarias como la bioinformática, que combina las ciencias de la computación, ingenierí­a de software, estadí­stica, e Ingenierí­a.
De ahí­ que la FEI y el IIB hayan consolidado esta colaboración, a fin de impulsar la investigación de los seres vivos para hacer un uso racional de los recursos biológicos del estado de Veracruz, ayudar en su conservación para las siguientes generaciones, y contribuir en la formación de recursos humanos calificados en el área.
Las colecciones cientí­ficas son repositorios donde se resguarda información sobre flora y fauna, tienen un papel fundamental en la generación del conocimiento biológico, pero también en el área de informática de la biodiversidad.
Para organizarlas se requieren herramientas eficiente que contengan la imagen y los datos de las especies fotografiadas.
Miguel Alejandro explicó que la fotocolecta se refiere a imágenes obtenidas de una actividad de fototrampeo, generalmente provienen de cámaras trampa, aunque también de dispositivos móviles como teléfonos celulares.
Para que estas fotocolectas puedan ser añadidas a una colección biológica normal, lo que hacen varias instituciones en el paí­s es agregarlas a una ficha, donde se encuentran datos relevantes como el nombre de la colección, el catálogo, la fecha y la hora en la que se tomó la imagen.
Asimismo, se presentan datos georreferenciales, como la latitud, la longitud, el tipo de vegetación y de clima, así­ como sexo, etapa de vida y nombre cientí­fico del espécimen.
Sin embargo, no se contaba con un programa que facilitara la creación de estas fichas y se recurrí­a a editores de imagen, como Photoshop, y programas para hacer presentaciones, como PowerPoint, lo que retardaba el proceso.
“Por lo anterior, se planteó crear una herramienta de software que permitiera la generación de fichas de fotocolecta automatizando de manera parcial parte de este proceso”.
Las fichas creadas por PROGEFI pueden ser personalizadas para mostrar datos de la institución que se desee, así­ como modificar su apariencia.
Tiene la opción de crear plantillas para las fichas de fotocolectas; provee un mecanismo de protección para cada una de ellas, lo cual permite identificar su origen y agilizar el proceso de generación al extraer metadatos de las imágenes.
Asimismo, además de proteger el material contra un posible plagio, exporta las fichas de fotocolecta a los formatos PDF, JPEG, PNG, BMP y TIFF, y está disponible para los sistemas operativos Windows, macOS y Linux a través de Ubuntu.
“Actualmente es para uso del IIB, pero la idea es que sea una herramienta de uso libre que puedan descargar otros institutos con las mismas necesidades”.
Incluso, hay una página donde se encuentra el manual de usuario de la herramienta para su descarga: https://alex-camara.github.io/PROGEFI/
Miguel Alejandro expresó sentirse satisfecho de haber colaborado en una necesidad real del IIB: “Pude contribuir en la solución de un problema que los investigadores tení­an y espero que les pueda ahorrar trabajo”.
Asimismo, resaltó que el hecho de no pertenecer al área de biologí­a representó un gran reto pues no tení­a dominio sobre esta ciencia y contexto del problema.
No obstante, muchas de las materias que le fueron impartidas durante su formación, relacionadas con el desarrollo y diseño de software, le permitieron hacer un proceso correcto.
También señaló que el proyecto fue pensado para darle continuidad. En este sentido, la ingenierí­a de software plantea que la persona que desarrolla una herramienta, como en este caso, debe dejar artefactos y documentación que detallen todos los retos, y así­ el estudiante que desee complementarlo no pase por el mismo proceso y ahorre tiempo.
“Concluir un proyecto de tal magnitud me hace sentir muy bien, además de ser un requisito para titularme me llena de satisfacción que será utilizado por terceros”.