“Niños y niñas afrodescendientes y literatura infantil: entre apropiaciones y representaciones en contextos de marginación” que la literatura es un medio por el cual la comunidad afrodescendiente puede reconocerse identitariamente.
La especialista en Promoción a la Lectura por la UV, quien cursa este posgrado adscrito al Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC), presentó el pasado 26 de agosto los avances de su proyecto dentro del Segundo Coloquio de Investigación, en el que participaron integrantes de la quinta generación (2019-2021).
Originaria de Colombia, Marleys ha desarrollado esta actividad por alrededor de 11 años, sobre todo en las comunidades donde disfruta promover la literatura infantil.
Ella es profesional en Lingí¼í­stica y Literatura, egresada de la Universidad de Cartagena, Colombia, y comentó que este proyecto da seguimiento a otro estudio que en 2018 implementó en la localidad de San Francisco Mata Clara, municipio de Cuitláhuac, Veracruz.
Éste se denominó “Literatura infantil con representaciones afro: promoción lectora y construcción identitaria”, con el objetivo de contribuir a la construcción identitaria de los niños y la adquisición de hábitos de lectura desde la escuela y el hogar, mediante estrategias de promoción a la lectura que fortalecieran sus prácticas lectoras y mostraran representaciones de personajes afrodescendientes en la literatura infantil.
Los resultados de este estudio revelaron que los niños participantes en los talleres que ella impartió, al reconocerse como afrodescendientes al interior de cada historia, hací­an interpretaciones en relación con su entorno, lo que incrementó su interés en la lectura y contribuyó al reconocimiento identitario.
En su presentación expuso que de acuerdo con la encuesta 2017 del Instituto Nacional de Estadí­stica y Geografí­a (Inegi), en México sí­ existe discriminación y racismo.
Tan sólo la localidad de Mata Clara se encuentra en una escala de marginación muy alta, lo que desemboca en una carencia de oportunidades sociales y en una falta de capacidades de sus pobladores para adquirirlas o generarlas debido al difí­cil acceso a bienes y servicios importantes para su bienestar.
Además, la Encuesta Intercensal (EIC) del Inegi de 2015 reportó cerca de 1.4 millones de personas afrodescendientes o afromexicanas, de las cuales más de 338 mil son niños, niñas o adolescentes.
En México, según informes de 2018 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se han definido los estándares a seguir para garantizar el derecho a la educación de niños y niñas indí­genas, con discapacidad y afrodescendientes. Lo anterior, basado en tratados internacionales que promueven la educación inclusiva.
Asimismo, en el Sistema Educativo Nacional, el Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa de la Secretarí­a de Educación Pública ofrece servicios educativos incluyentes para población indí­gena, migrante, con discapacidad, e incluso madres adolescentes, pero no para la población afrodescendiente.
En torno a su proyecto de estudio, recalcó que no existe una investigación sobre qué elementos dentro de la literatura contribuyeron a esta apropiación identitaria o si en esta mediación del libro-niño existieron otros elementos, procesos o factores externos que fueron decisivos.
Por esta razón, la problemática planteada en su tesis de maestrí­a, dirigida por Celia del Palacio Montiel y con el acompañamiento de Jairo Antonio López Pacheco, investigadores del CECC, aborda las apropiaciones y representaciones establecidas por los niños y niñas a partir de su interacción con las representaciones estéticas y discursivas de la identidad y la cotidianidad de la población afrodescendiente presentes en seis libros de literatura infantil y juvenil.
Desde su punto de vista, dichas lecturas son interesantes dentro del contexto de la literatura infantil y juvenil contemporánea, pues a partir de sus propuestas ficcionales ofrecen nuevas formas de reapropiación del pasado y presente sociocultural de las comunidades afrodescendientes, y dan sentido a construcciones alternas culturales del discurso y del reconocimiento de mundo.
Por lo anterior, en junio de 2020, debido a la pandemia aplicó un instrumento diagnóstico virtual (ví­a e-mail y WhatsApp) a cuatro niños de la localidad San Francisco Mata Clara, con lo cual pretendí­a obtener respuestas que mostraran si la representación social que tienen de las personas cuyo color de piel es más oscuro está ligada a estereotipos, estigmas, prejuicios, prácticas discriminatorias e ideas racistas o no.
A partir de sus respuestas, se corroboraron las razones expuestas en la hipótesis, de que efectivamente los niños y las niñas de comunidades afrodescendientes como Mata Clara están inscritos en contextos culturales comunicativos particulares, caracterizados por procesos de marginación y exclusión.
Es decir, donde ser negro o blanco está mediado por categorí­as de inferioridad o superioridad que intervienen en la relación de los sujetos con los objetos sociales, culturales y comunicativos de su entorno.
En este sentido, la literatura permitirá generar procesos de visualización, socialización, reflexión e identificación y les brindará herramientas para el reconocimiento de sí­ mismos y del otro, reconfigurando sus percepciones del mundo y sus actuaciones dentro de él.
Marleys Meléndez destacó que este primer acercamiento permitió repensar, en medio de este contexto, el papel que cumple la literatura infantil que, a partir de sus personajes y situaciones, busca generar mecanismos o mensajes representativos de reconocimiento que contribuyan a la eliminación de prejuicios y discriminaciones basadas en razas, etnias, géneros, sexo, entre otros aspectos.
De esta manera propone de manera urgente, impulsar la creación de hábitos de lectura que permitan a los individuos mantener una relación sociocultural con esta actividad, y contribuya a una mejor comprensión de sí­ mismos y de su entorno.